Four.

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Había perdido a Shaw. Otra vez. Estaba tan cerca, tan cerca que si no hubiese estado tan atrapado en Charles Xavier y su guardería de mutantes, corriendo al rededor del país para convencer a furiosos y asustados niños de que dejaran todo lo que conocían atrás...

Apenas resistió golpear la pared. Le gustaba pretender que era porque no quería perder el control y dejar un hoyo en el lado metálico del avión, pero tenía que admitir que la desaprobación inevitable de su compañero tuvo algo que ver también.

-Encontraremos a Shaw. -Asegura Charles, como leyendo su mente, lo cuál sabe que no hace, porque lo prometió y Charles es la clase de honesto y escrupuloso idiota que mantendría tal promesa. Se pregunta si está proyectando su rabia muy fuertemente o si Charles había estado lo suficientemente cerca de él para entender sus motivos. -Sabemos su plan ahora. Sabemos donde estará y lo que tenemos que hacer para detenerlo. -Toca el brazo de Erik y él lo deja, ya acostumbrado al gesto de familiaridad después de apenas unas semanas.

Mira a su alrededor en el avión, observando a los agentes de la CIA reunidos y hablando, haciendo contacto visual con McTaggert, quién en su lugar, los mira con interés. La observa con detenimiento y se inclina hacia Charles para asegurarse de que ella no escuchara.

-Tengo planes para Shaw, Charles, y no quiero que los agentes de la...

El Avión se movió bruscamente y Erik alcanzó a sostenerse del asiento. Charles no tuvo tanta suerte y se vio impulsado hacia adelante, lo suficiente para que sus labios se encuentren.

Por primera vez en un muy largo tiempo, todos los pensamientos acerca de Shaw abandonaron su cabeza. Charles tenía largas pestañas y muy azules ojos, no podía concentrarse en nada más.

El avión se mueve otra vez y Charles es impulsado devuelta, sonrojado. Cierra sus ojos y el hechizo está, afortunadamente, roto.

Erik mira a su alrededor de nuevo. Los agentes siguen susurrando entre ellos. McTaggert, como sea, lo está mirando. Ella cruza sus brazos y levanta una ceja. Erik la mira desafiante hasta que ella aparta la mirada. Ella está sonríendo. Él no puede imaginar porqué.

-Despiértame cuando lleguemos a Virginia. -Murmura y recuesta su cabeza en el asiento, cerrando sus ojos.

-Por supuesto. -Respondió Charles. Si su voz se escucha algo sofocada, Erik lo atribuye meramente al viaje agitado.

Lengua Trabada e Inútil.Where stories live. Discover now