♫ 03: Verdades

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Han pasado cuatro días desde su encuentro con William en la cafetería y Harry no puede sacar al muchacho de su cabeza. Por más que intente dejarlo y concentrarse en otra cosa, de una u otra manera William se cuela en sus pensamientos y envía todo a la mierda. Realmente no puede dejar de escuchar sus gemidos, cada vez que cierra los ojos puede escuchar con claridad la voz del muchacho jadeando su nombre. Si se concentra demasiado casi puede sentirlo y su pene sufre las consecuencias.

Frustrado, se levanta del pupitre que ha estado ocupando inútilmente en la biblioteca por los últimos cuarenta minutos, recoge sus cosas y sale del lugar casi botando a una chica en el proceso, tras recibir unos gritos y un golpe en el hombro derecho, finalmente llega a la calle. El aire frío le golpea el rostro haciéndole sentir un poco mejor. Decide que ha tenido suficiente por hoy, así que pasa a comprar algo de cenar y coge el camino hacia su residencia.

Dylan no está allí cuando llega, no le sorprende en realidad, su amigo pasa poco tiempo en la habitación. O está entrenando o está con su novia, a veces, ni siquiera llega a dormir. Harry lo extraña, de todos en su grupo de amigos, siempre se llevó mejor con él. No es que sus demás amigos sean malas personas, Harry los quiere bastante. Pero Dylan... Dylan era lo más cercano a un mejor amigo que ha tenido en su vida. Tenían bastante en común y jamás le había molestado que el rizado sea un ratón de biblioteca y un poco retraído socialmente. Pero está feliz por él, Kayla, su novia es una excelente chica y ama a Dylan, así que está bien.

Tras dejar su mochila en el suelo lejos de sus pies, despeja su escritorio y posiciona su bolsa con comida sobre este. Busca en el pequeño frigo bar que tienen en el cuarto una botella de agua y se sienta a comer. La verdad es que está delicioso, hace muchos días que Harry no había comido nada que no sea las colaciones que le otorgaba el programa de alimentación que tiene por una beca, así que degustar algo más es maravilloso. Cuando termina de comer, bebe lo último de su botella de agua y va hacia el baño para cepillarse los dientes y orinar. Una vez de vuelta en su habitación se quita los zapatos y la ropa quedando en boxers y se meto dentro de las mantas de su cama. Aún es temprano, lo sabe cuándo conecta su teléfono móvil al cargador, pero mejor así, lleva días sin poder dormir adecuadamente y aprovechará para recuperar horas de sueño y así despertar temprano y terminar algunos trabajos antes de ir a clases.

No pasa mucho tiempo antes de que esté completamente dormido.

Se despierta debido a unos golpes extremadamente fuertes en la puerta de su habitación. Desorientado, se sienta con rapidez en la cama mareándose en el proceso. Parpadea un par de veces y ahoga un bostezo, la puerta vuelve a sonar así que se levanta de su cama haciendo que el frío del ambiente choque contra su cuerpo medio desnudo erizando su piel. Todo está oscuro, Harry intuye que pasa de la media noche. La puerta suena una vez más y finalmente la abre.

—¿Pero qué mier...

Se corta cuando ve quien está allí. Se queda de piedra cuando sus ojos se encuentran con los de William. Harry no puede verlo muy bien, aún sigue medio dormido y el pasillo tiene mala iluminación, pero es él. Está por preguntarle qué está haciendo allí, pero no puede, porque el chico está empujándolo dentro, entrando y cerrando la puerta tras de sí.

—No hables—le dice a Harry antes de que éste si quiera pueda modular. —sólo no digas nada.

Harry obedece sumisamente. Observa a William quitarse los zapatos, la chaqueta y toda la ropa, no sabe si realmente está babeando o solo es su imaginación, pero no procesa nada más que la vista del chico acercándose a él medio desnudo.

—No sé porque mierda no puedo sacarte de mí cabeza—dice empujando a Harry, lo obliga a retroceder hasta que la parte trasera de sus piernas chocan contra su cama.

Where Were You In The Morning? » l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora