Sra. Solomons. [{COMPLETA}]

Parte XVII

Caminé a paso rápido por camden town, adentrándome en al alambique para caminar directamente hasta la oficina, Ollie se puso de pie sorprendido de verme, me barrió de pies a cabeza para acercarse a mi estrechándome con fuerza.

– Maldición Eliette – Susurró sin soltarme – estas tan delgada.

– Volveré.

El timbre sonó en el apartamento, me quedé en el balcón fumando mi cigarrillo sin darle importancia, sonó una vez más y otra.

Caminé hasta la puerta abriéndola de un golpe para encontrarme con Thomas con ambas manos entrelazadas tras la espalda.

– Le preguntaría cómo me encontró, pero es obvio que sus hombres están en mi ciudad.

– Por favor, no se moleste – Habló bajando la mirada – el hotel no tenía disponibilidad de habitaciones.

– Lo lamento Thomas, no puede quedarse aquí.

– Se que no me dejarás en la calle y con la ropa húmeda – Apreté los labios amarrando la bata anaranjada con motivos japoneses haciéndome a un lado para que Shelby entrara al departamento.

Observó el lugar mientras se quitaba el abrigo y el saco sin mangas para dejarlos en el perchero, caminó hasta el arrimo para tomar el cuadro que enmarcaba una fotografía de mi boda con Alfie, recorrió con la mirada las demás fotografías de mi esposo sentado en el escritorio de la panadería, de madre, y de Alfie, Jaim y yo cuando éramos solo niños sentados bajo un árbol

– Es un hermoso lugar.

– Gracias ¿Quieres una taza de té?

– Si, por favor – Coloqué la tetera sobre la hornilla mientras preparaba las tazas, alcé la mirada encontrándome con Thomas de espaldas a mí con los suspensores cayendo a ambos costados de su cuerpo, con el torso completamente desnudo se inclinó para buscar una delgada camisa blanca que se colocó girándose en mi dirección, bajé rápidamente la mirada sostenido los platos con manos temblorosas – ¿Gusta un cigarrillo?

– Si – Estiré mi mano para tomar el cilindro encendiendolo, observé el cuello redondo de su prenda con unos cuantos botones sin abrochar.

– Quisiera disculparme por lo de esta tarde.

– ¡Oh por favor! Ni siquiera lo lamenta, está tratando de agradarme – Sonrió sentándose en uno de los banquillos acercándome las tazas cuando la tetera hirvió a mis espaldas, serví el té – ¿Qué tal está Charles?

– Creciendo muy rápido – Respondió orgulloso – casi en un pestañeo.

– ¿Y sus hermanos?

– Todos están muy bien. Arthur y su esposa esperan un bebé. Ya sabe lo de John.

– Me alegro infinitamente por ellos – Revolví mi taza acercándome a tomar asiento en el modular, Thomas me siguió para verme subir los pies en el mullido sillón, tomó asiento – la familia crece.

– Traje algo para usted – Se levantó para acercarse a su abrigo sacando una caja de uno de los bolsillos, me la estiró – son chocolates holandeses, saben mucho mejor con vino.

Reí a carcajadas echándome hacia atrás en el sillón para llevarme uno de los bombones a la boca, mientras Thomas terminaba de narrar una de sus historias con Alfie, tenía las mejillas sonrojadas por las dos botellas de vino que habíamos bebido, lo observé descorchar la tercera botella para abrir la maleta sacando otra caja de chocolates.

– ¿Toda Holanda viene en su maleta? – Reí recibiendo el empaque entusiasmada.

– Alfie comentó unas vez lo mucho que te gustaban los chocolates – Bajé la mirada sintiendo nostalgia.