Yoongi y Jin con dieciséis años de amistad lo han hecho todo menos enamorarse pero eso puede pasar el día en que Jin es abandonado minutos antes de casarse.
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Para cuando Yoongi mira el reloj y se da cuenta de que han pasado horas desde que tuvo que limpiar las lágrimas de la cara de su mejor amigo, hay una porción de pastel de bodas a medio comer y cuatro botellas vacías de champagne. Bueno, él sabe que eso no es del todo cierto. Estuvieron esas lágrimas gigantes que brotaban de sus ojos cuando intentaron tirar las bolsas de ropa de Chanyeol por el balcón y terminaron en carcajadas cuando los lentes del novio fugitivo se rompieron en lugar de hacer el delicado sonido de tintineo que estaban buscando mientras veían un video en YouTube. El champagne empezó a chorrear por todas partes, Yoongi se cortó con un trozo de vidrio tratando de limpiar el desastre, y Jin se rió tan fuerte que se cayó del sillón.
Otro punto culminante de la noche fue que comían su peso en frutas cubiertas con chocolate cortesía del servicio a la habitación mientras veían la única película lo suficientemente digna para celebrar la catástrofe y el abandono del casamiento de Jin; Damas de honor en guerra. Una, porque era una elección irónica, como la romántica cama de tamaño king en la que descansaban entre los diez millones de pétalos de rosa que se necesitaron para cubrirla artísticamente. Dos, porque Kristen Wiig es y siempre será su comediante favorita, y tres, porque si alguien se merece reírse tanto que luego le duela el estómago y quiera llorar del dolor, es Jin.
La película terminó hace un rato, así que ahora es mucho más tranquila la situación, pero la cara de Jin todavía está iluminada con una sonrisa, las esquinas de su boca empujan sus mejillas gorditas hasta que sus ojos están tan arrugados como la licencia de matrimonio inútil que yace sobre la mesa. Yoongi desea poder quemarla. Ciertamente, hay suficientes velas en esta suite para hacer que suceda, sin embargo, después de todo lo que han tenido que beber, ninguno de los dos está en condiciones de manejar las llamas sin quemarse vivos en el intento. Yoongi apenas podía caminar en línea recta para ir al baño más temprano y eso que había un camino de pétalos de rosa en el suelo para llevarlo hasta allí.
-¿Qué?- Yoongi resopla a través de su almohada y Jin se ve tan divertido que le recuerda a Yoongi aquella vez en que Hoseok tuvo su propia experiencia de intoxicación alimenticia al estilo de las damas de honor y nadie podía consolarlo porque la situación era demasiado divertida. O tal vez no, Yoongi piensa mientras ve que la sonrisa de su amigo se desvanece hasta convertirse en una pequeña sonrisa que de alguna manera se siente apagada. Como si hubiera algo pesado en su mente que pesa más que los recuerdos cariñosos sobre los que se estaban riendo.
-¿Jinnie? ¿Qué sucede?- pregunta, su propia sonrisa se desvanece cuando Jin toma uno de los hermosos pétalos de rosa entre sus dedos y lo aprieta entre su pulgar e índice hasta que se marchita.
-Es solo... realmente no pensé que esto iba a ser así, ¿sabes? Estaba tan emocionado por casarme con Chanyeol. Pensé que nos amaríamos, envejeceríamos y pasaríamos el resto de nuestras vidas juntos- se ríe entre dientes, sacudiendo la cabeza para sí mismo antes de poner sus ojos marrones y brumosos hacia el techo- Qué sueño tan tonto.
