Bajo una Maldición (Una semidiosa en Hogwarts)

Sexto Capitulo

Evelyn:

Junto a Ginny Weasley fuimos arrastradas hacia la ''Sala de Menesteres'', donde el alumnado de Hogwarts evacuaba. Ambas subíamos a paso apresurado las escaleras de mármol, Ginny con una mueca de disgusto y yo con mis hombros derrotados.

<<Ambas son menores de edad, ayuden a evacuar y quédense cerca de los mayores>>nos dijo la profesora MacGonagall.

—Esto es injusto— gruño Ginny— Soy tan capaz como cualquier otro para defenderme por mi cuenta.— Asentí de acuerdo.

—Lo mismo digo.

—Tu no recuerdas nada, así que por tu parte lo entiendo, por otro lado yo...

—Oye—le reproche— No podré hacer hechizos, pero se como defenderme— Agité la daga en su dirección.

—Vale, ya lo capte— me dijo y guardó silencio.

Ginny tenía razón, no podía hacer hechizos y me encontraba en clara desventaja, pero no iba a ceder tan fácilmente.

—Oh esto es un lío— me dijo Ginny en cuanto llegamos al quinto piso, los alumnos lloraban asustados, otros empujaban e intentaban colarse en las filas. Ya pronto sería medianoche, quedaba muy poco tiempo para ponerse a salvo.

—Habrá que darnos prisa— le dije.

Hicimos pasar a los alumnos más pequeños por el punto de evacuación en la sala, Ginny al frente les apresuraba el paso y yo paseaba por las filas vigilando que nadie se pasara de listo... funcionaba bien con mi daga.

Por unos minutos todo funciono de maravilla, hasta que un alumno llegó gritando:

—¡Nos están atacando! Voldemort nos ataca por no haber entregado a Potter y a la chica— Y el pánico se extendió por todos los alumnos. Todos desesperados por huir lo más pronto posible.

—¡Tonks!— grito Ginny de alegría al ver a una chica de cabello color chicle aparecer igual de alborotada.—¡Son los últimos! ¡Ayúdanos a moverlos!

—Si, si— respondió ella— ¿Has visto a Remus?

—¡Dense prisa muchachos!— una señora con un gorro de piel llegó apurando a los estudiantes— Lo sellare, Aberforth está aquí luchando, no será seguro.— La mujer les lanzó su bolso a los estudiantes para apurarlos, pronto solo quedamos nosotras cuatro en la habitación. Hasta que las puertas volvieron a abrirse y entraron corrieron Harry,Ron, Hermione y Andrea.

—Ah, Potter —dijo la señora con sequedad como si hubiera estado esperando por él—. ¿Puedes decirnos lo que está sucediendo?.

—¿Están todos bien? —dijeron Ginny y Tonks a la vez.

—Que yo sepa —dijo Harry—. ¿Todavía hay gente en el pasadizo que lleva a La Cabeza de Cerdo?

—Yo fui la última en entrar —dijo la señora Longbottom—. Lo sellé. Creo que no es muy inteligente dejarlo abierto ahora que Aberforth ha abandonado su bar. ¿Habéis visto a mi nieto?

—Está luchando —dijo Harry.

—Naturalmente —dijo la anciana señora con orgullo—. Perdonadme, debo ir y ayudarle. —Con sorprendente rapidez se marchó hacia las escaleras de piedra.

Harry miró a Tonks.

—Creía que se suponía que estabas con Teddy en la casa de tu madre.

—No podía aguantar no saber... —Tonks parecía angustiada—. Ella le cuidará... ¿has visto a Remus?

—Tenía planeando liderar un grupo de luchadores en los terrenos...— Sin decir otra palabra, Tonks se marchó con rapidez.

—Ginny, Evelyn —dijo Harry—, lo siento, pero necesitamos que también se vayan. Sólo un momento. Después pueden volver a entrar...— Ginny no espero me dio una seña con la cabeza y salió disparada.