Tardes de Otoño

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Era una tarde de otoño.

Las aulas en la universidad estaban llenas de vida, se podían escuchar los debates, explicaciones, exposiciones y demás actividades que son usuales durante el tiempo lectivo. Unos cuantos estudiantes pasaban su tiempo en las bancas cerca de la cafetería, riendo, hablando de sus deberes y de cómo iban a realizarlos tarde o temprano.

Los que estabamos en esta clase parecíamos aburridos. El profesor explicaba unos ejercicios mientras todos usaban sus aparatos electrónicos para dar un respiro. Conforme avanzaba el ejercicio el tiempo se detenía, las redes sociales dejaban de actualizar su información y el acceso al internet simplemente cayó. Atrapados en cuatro paredes rodeados de mucha gente, sin ningún distractor a mano empezamos a pensar.

Muchas veces estos pensamientos son aleatorios. No tienen nada en común, o eso creemos. Esta vez pude notar algo, no creo que nadie haya creído que las imágenes, conversaciones, recuerdos, que vienen a nuestra mente tienen algo en común. Cuando estaba por dar con la respuesta correcta acabó la clase y tenía tiempo libre para variar.

Pasar por una de las pequeñas cafeterías, revisar su menú y luego decidir que no vale la pena comprarlo es uno de mis extraños hábitos que he desarrollado desde que estoy en la universidad. Al final gastar un poco más de dinero es mejor si se puede disfrutar de una buena taza de café con vainilla.

Buscar un lugar donde sentar nunca había sido tan tedioso. Muchas sillas y mesas estaban ocupadas por grupos de estudiantes o parejas que querían disfrutar en la comodidad del lugar mientras charlaban y esperaban a la siguiente clase. Una mesa con cuatro sillas terminó siendo el lugar ideal para descansar.

Mientras bebía el café de vainilla, mucha gente rodeaba la mesa donde me encontraba. Podría haber dicho que estaba acompañado y no sería una mentira, por lo menos no una obvia. Algunos fragmentos de aquella respuesta volvieron a mi mente como si nunca los hubiera olvidado. Mientras bebia y miraba las hojas de diferentes tonalidades, desde el amarillo rojizo hasta el verde tostado, ser arrastradas por aquellos vientos helados noté que estaba solo.

No era esa clase de soledad a la que todos se refieren, esa que es la falta de alguien con quien charlar, decir incoherencias y caminar juntos. No era la falta de una pareja del sexo opuesto, ni la falta del amor incondicional de la familia. Era algo más profundo, algo que no puede ser notado a simple vista. Los dos años que llevaba en esa universidad habían sido los más solitarios que había vivido; incluso en el colegio, con todos mis compañeros corriendo y riendo conmigo, me sentía solo algunas veces.

Nunca antes había visto lo efímeras y superficiales que eran las relaciones que tenía con mis supuestos amigos. Puedo afirmar que tenía, al menos, una mano de amigos verdaderos, pero ellos se encontraban lejos mientras estudiaba en la universidad. Casi no hablabamos, pero eso no suponía riesgo alguno para nuestra relación. Cosa que no aplicaba para todos los demás. Realmente mis compañeros actuales no son mis amigos, sino solo buenas amistades con las que se pueden pasar momentos muy divertidos y otros amargos, pero fuera de eso no eran nada más.

Esa soledad es agobiante, sé que no soy el único que la ha sentido o la siente, espero que sea así. Empecé a ver todas esas caras desconocidas a mi alrededor y descubrí que solo yo no tenía compañía. En esas tardes tan bellas de otoño, cuando la vida del follaje se marchita y todo cae, es cuando esa soledad acecha con más intensidad. Sin darme cuenta de mis acciones, descubrí que había acabado con mi delicioso y espumoso café de vainilla. Al levantarme una ráfaga de viento hizo que la bufanda golpeara mi rostro, eso hizo que una pequeña risa brotara de mi boca. Al dejar un poco de lado esos pensamientos me puse en marcha y avancé hacia mi siguiente clase; con el peso de la soledad sobre mis hombros, esperando encontrar una forma de reducirlo.

En fin, era una tarde de otoño fría y agradable.

Días de estacionesWhere stories live. Discover now