Julio 2, 2009

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Te has ido ¿verdad? Fui a tu colegio, y pregunté por ti. Pregunte en dirección y la secretaria que me atendió me miró con lástima. Solo me pudo decir que tu generación se graduó sin ti. Eso ya lo sabía, por todo el tiempo que pasabas en el hospital, no tenías tiempo para estudiar. Pero luego le dije que deberías estar inscrito en la preparatoria, ya que te dejaron recuperar con exámenes y eso, pero ella me seguía diciendo que ya no estudias ahí.
Volteé hacía la puerta, harta de la discusión con la secretaria, y noté que pasabas enfrente de la puerta. Grité tu nombre varias veces y nunca paraste por mí, solo escuchaba como la secretaria me decía que bajara la voz.
Corrí detrás de ti y te metiste a un salón, entré a buscarte y el profesor me miró con seriedad ya que había interrumpido su clase, me preguntó que a quien buscaba, dije tu nombre. Un alumno alzó la voz y dijo algo totalmente absurdo:
'' ¿Ese no es el chavo del cual hicieron honor el año pasado en el altar de muertos?''
Los demás estudiantes solo le daban la razón con cierto atisbo a la duda. El profesor solo me miró con tristeza y me dijo que si quería verificar si eras tú, en el patio se encontraba un pequeño monumento que se había hecho hacía ti por parte de tus maestros. Antes de salir del salón dije gracias, y el alumno que me había contestado al inició solo me dijo ''De nada, loca.''
Al llegar al patio lo vi. Vi ese pequeño tributo y sentí que me derrumbaba. Justo ahí, enfrente de todos, me derrumbé.
Según esta placa,
Se fue el día dos,
Sin querer, él se marchó.

Cartas perdidas a un ángel Where stories live. Discover now