Capitulo 39 1/10

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-Gracias. Diga en recepción que lo agreguen a mi cuenta.

-Si señor, dígame su apellido.

-Lanzani.

-Listo, yo avisare.-dijo amablemente. La puerta se cerró.

-Ven a almorzar.-dijo apoyando la comida sobre la mesita del pequeño living, luego el silencio fue reemplazado por las noticias del día de hoy.
Levanté la cabeza y volteé a verlo.

-¿Me lo traes aquí?

-No.-cortó un trozo de la carne.- Vas a llenar de comida la cama.

-¿De que te quejas si tú no duermes en esta cama?-dije. Sonrió.

-No dormía, hoy si pequeña.-me dijo. Sentí mi corazón corriendo por llegar a mi garganta, tragué saliva y me levanté de la cama.

-Bueno, yo dormiré en el sillón.-traté de controlar mis nervios.

-Como gustes preciosa.-dijo mientras se concentraba en su comida.
Me senté a su lado y agarré la bandeja que contenía mi ensalada, tomé un tenedor y comencé a comer.
Él se concentraba en su carne, en devorar a la pobre vaca que había dado su vida por alimentar a algunas personas, no lo juzgo, yo no soy vegetariana pero cuando me imagino esas cosas me dan ganas de serlo. No viene al caso.
Terminé antes que él y aun que él comía como un animal, su comida era más abundante que la mía.
Me levanté del sillón y caminé hasta el baño, debía cepillar mis dientes

-Alístate como para ir a la playa.-me gritó desde donde él estaba.

-Okey.-dije.- Tú prepárate para hacerte una trencita.

-Tú y tus ideas locas.-me gritó, reí y cerré la puerta.

Me cepillé los dientes, cepillé mi cabello y me quité el maquillaje, para ir a la playa no se necesita. Abrí el armario y saque mi bikini celeste junto con un short de mesilla y una remera negra de tirantes.
Me coloqué la ropa en el baño, para no causar discusiones con Peter. Arreglé mi cabello en una coleta y salí.

-Oh Dios santo.-abrí los ojos con asombro. Volteé rápidamente.- ¡Cúbrete ya!-grité. Sentí su risa.

-Ya, ya, pensé que no ibas a salir tan pronto.

-Vamos Peter, ponte unos boxers o algo.

-Listo.-dijo.

-¿No mientes?

-Por supuesto que no.

-No te creo.-dije volteando con los ojos cerrados.

-Vamos, mírame, te prometo que estoy en maya.-dijo, abrí los ojos y vi su blanco trasero. Volvió a reír y me volteé de nuevo.

-Ya te pones el traje de baño si no quieres que te de con un palo.-le grité, carcajeó algo que no pude entender.

-Ahora si.

-Júralo.

-Lo juro.-dijo tomándome de la cintura.- Creo que debería tomar sol de espalda, ¿No crees?-dijo a mi oído.
Mis mejillas se tornaron de colores rosados, reí tontamente mientras echaba la cabeza para atrás, sentí un húmedo beso posarse en mi cuello.

-Relájate cariño, estas muy tensa.-me dijo sensualmente. Woow Lanzani si que sabes conquistar a una mujer.

-Ya, vamos.-me zafé de su agarre.-Todo muy lindo, muy lindo pero se nos va el sol y quiero broncearme.

Peter tomó el bolso de playa y juntos salimos hacía el pasillo del hotel.

Continuará
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