Exclusivamente mía

Haz lo que quieras

Completo y absoluto silencio había en el auto en el que viajaba Kagome con Inuyasha luego de recoger sus cosas en el rancho, Inuyasha tenía el ceño fruncido, estaba realmente molesto pero después de todo no podía articular ninguna palabra para no maltratarla, por su parte Kagome estaba avergonzada, suspiró profundo y al final se atrevió a abrir la boca.

Kagome: Los planes no han cambiado.

Inuyasha siguió guardando silencio, realmente no sabía que quería escuchar de Kagome, ella volvió a suspirar un poco angustiada al no recibir respuesta, el silencio empezaba a desesperarse.

Kagome: ¿No vas a decirme nada?

Más silencio, ella lo vio a la cara esperando una respuesta pero finalmente se dio por vencida y optó por acomodarse en el asiento de al lado.

Kagome: ¿A dónde vamos?

Inuyasha: ¿Prefieres que te lleve a casa de mis padres o a los tuyos? *Serio*

Kagome: ¿Qué?

La pregunta le asustó, ambas familias se la iban a comer viva si ponía un pie en la casa, estaría totalmente desprotegida y al parecer a Inuyasha no le importaba.

Kagome: Yo me quiero quedar contigo *Angustiada*

Inuyasha: Estás conmigo porque te sirvo de escudo para todo el mundo.

Kagome: No, no es eso…

Inuyasha: Debí dejarte con ese cretino.

Kagome: No quiero quedarme con él.

Inuyasha: Debiste haber pensado eso antes de lárgate a ese hotel con el estúpido de mi hermano.

Kagome: ¡Yo no quería!

Inuyasha: ¡¿Entonces cómo diablos acabaste allí con él?! *Dobló a la derecha con brusquedad* ¡Pasaste la noche con él el mismo día que dijiste que querías casarte conmigo en la mañana!

Kagome: ¡Pero no pasó absolutamente nada!

Inuyasha: Claro *Sarcástico* ¿Y esperas que me trague el cuento de qué solamente hablaron? ¿Arreglaron sus problemas? ¿Ya todo está bien? *Entonces frenó de repente y Kagome lo vio asustada* ¡¿QUIERES QUEDARTE CON ÉL?!

Kagome: ¡Ya te dije que no!

Inuyasha: ¡PUES NO PARECE!

La bestia interna que se estaba aguantando había salido, no quería tratarla mal pero estaba realmente celoso y además después de todo se sentía utilizado y ofendido por parte de la chica de cabello azulado, dejó de importarle el rostro asustado de Kagome, ya no tenía sus mejillas sonrosadas, ahora en cambio estaba pálida, nunca en su vida Inuyasha le había gritado de aquella manera.

Inuyasha: Quiero estar solo *Resignado* Te dejaré en casa de Sango, volveré cuando me sienta más tranquilo.

Dos horas más de viaje y ya estaban en la ciudad, desde aquel momento Kagome no había dicho ni una sola palabra más, le asustaba Inuyasha en ese estado y no se atrevía a decir nada, él tampoco quería decir nada para no lastimarla y finalmente llegaron a la casa de Sango.

Kagome: ¿Cuándo… cuándo volverás?...

Inuyasha: Cuando me sienta tranquilo.

Contestó sin verla al mismo tiempo que cerraba el baúl del carro de un portazo con una maleta de Kagome, la puerta de la mansión de Sango se abrió rápidamente y corrió a abrazar a su amiga.

Sango: ¡Kagome! Me alegro mucho de verte.

Kagome: También yo Sango…

Sus voz sonaba algo preocupada y no dejaba de ver a Inuyasha, Sango ignoró ese hecho y agarró la maleta de las manos de Inuyasha.