Extra 1

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— No den problemas a sus tíos! Si escucho alguna queja de Eijirou o Kaminari los haré pagar!

El rubio omega regañaba a sus cachorros por adelantado, después de tantos años aprendió que dejarlos con alguien más era un desastre.

Mirai, la joven niña de 16 años, una alfa fuerte e inteligente, con el paso del tiempo fue forjando aquella actitud característica y singular, dándole un mayor parecido a su padre rubio en cuanto a su físico, añadiendo la heterocromia de su padre bicolor.

En cuanto al hijo menor, Akira, un omega callado y sencillo, pero con una actitud fuerte cuando se enoja, siempre fue más calmado y razonador.

Shouto estaba seguro que sus hijos se comprarían de manera adecuada estando con los Kirishima, sin embargo Katsuki pensaba totalmente lo contrario, principalmente porque su hija mayor tiene un conflicto interno con Tadashi.

Si bien Tadashi es un alfa amable y caballeroso, con la alfa rubia era todo lo contrario, y había una razón, aquella molesta niña no dejaba que se le acercase a Akira.

Desde que tiene uso de razón, recuerda a Akira como el amor de su vida, estando casi seguro que es su destinado.

Sin embargo, nunca puede estar con él por su hermana mayor, no se aleja del omega en ningún momento y eso le molesta demasiado.

— No te prometo nada, si Tadashi trata de tocarlo, le cortare los...

— No hables así de él, es un buen chico, no le hará nada malo a Akira, confía en él solo está vez — Trató de reaccionar el omega de la mejor manera.

— Si le toca un sólo pelo lo estrangulas — habló el alfa bicolor desde lejos.

— Genial! Papá ya me dio permiso.

Y así, el rubio estuvo repasando la regla y castigos que tendrían de no cumplirlas.

Al llegar a la casa de los Kirishima mágicamente sus hijos desaparecieron en su gran patio, después de todo, Eijirou construyó varios juegos para su hijo.

— Por favor cuidados, si algo malo pasa llámame en seguida.

— Vamos Katsuki, confía en mi, ustedes disfruten de sus vacaciones.

Sin más, la extraña pareja de bicolor y rubio se fueron alejando en su auto.

— Pudrete! — se escuchó un gran golpe en el patio trasero.

— Esto va a ser más difícil de lo que pensé.

Izuku Midoriya

Los años pasan más rápido de lo que quisiera.

Vivir con Iida es una maravilla, él es lo que siempre soñé, sin embargo yo no representó si felicidad total.

Me doy cuenta de como mira a los hijos de Katsuki o a niños correr en el centro comercial, se que desea un cachorro.

Y es algo que yo no le puedo dar.

Es casi imposible un embarazo entre omega y beta, los dos estamos conscientes de ese problema, aún así lo intentamos, juro que lo he intentado con toda mi alma.

La inseminación artificial tampoco ha ayudado "sus gentes no son compatibles", fue lo que dijo la doctora.

Para empeorar las cosas, Iida ya no es el mismo, ya no me saluda cuando llega del trabajo, ya no se despide en las mañanas, ni siquiera me mira, temo que se haya cansado de mi.

Nuestro Destino Where stories live. Discover now