XXV

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La tranquila noche en el hospital principal de Seul, se vio interrumpida por el sonido de la sirena de la ambulancia que logró poner a enfermeras y doctores que se encontraban en el área de emergencia en alerta.

–Bien, que empiece la acción.– Los enfermeros se acercaron a la ambulancia para ayudar a bajar la camilla y un joven que acompañaban al paciente.

–Tengo una paciente en estado crítico, necesito que venga la doctora Yeeun.– Un paramedico ordenó y un par de enfermeras corrieron hacia el interior del hospital buscando a la doctora. 

Al mismo tiempo que llegó la ambulancia, un auto blanco y otro negro se estacionaron de forma abrupta. Del blanco descendieron dos mujeres y del negro, un grupo de adolescentes. 

–¡A un lado, va pasando la camilla!– Los enfermeros corrían con la camilla dentro del hospital. 

–¡Chungha!– Gritaron Kahi y Nana al ver a la adolescente con una mascarilla de oxigeno siendo conducida a paso rápido. 

–Es una paciente cardíaca, su nombre es Kim Chanmi, hoy nos llegó sus resultados de Texas.– La doctora Yeeun llegó corriendo hasta los paramedicos quienes seguían empujando la camilla para llevar a la adolescente a sala de operaciones. 

–Su pulso es débil.– Informó una enfermera. 

–¡Va a tener un paro cardíaco!– Alertó otro doctor. 

–¡Comenzaremos el RCP ahora!– Yeeun giró sobre sus talones y detuvo a la madre de Chungha y sus amigas que venían tras ella. –No pueden pasar, por favor esperen aquí.– 

–Pero...– 

–Por favor.– Pidió Yeeun con seriedad, sabía que todos tenían miedo, pero debía hacer su trabajo. Al no recibir una respuesta por parte de las mujeres, solo se dio la vuelta e ingresó en la sala de emergencias. 

Unas enfermeras la ayudaron a colocarse un traje especial para no contaminar el lugar, mientras todos trabajaban e intentaban regular el pulso de la adolescente. 

–Sus signos vitales siguen bajando, doctora.– Informó una enfermera mientras le colocaba bien la mascarilla de oxigeno a la adolescente.

–No dejaré que muera de esta forma.– Yeeun colocó sus manos sobre el pecho de la adolescente y empezó con las reanimaciones. –Vamos Chungha.– 

–Aquí está el desfibrilador.– Un enfermero se acercó con el aparato a la doctora. 

–Bien, retiren su ropa, empezaremos con esto.– Yeeun miraba atenta como iban los signos de la adolescente. 

No podía permitir que se marche de esa forma. 

***

Sunmi caminaba a paso rápido, su cabeza estaba gacha, con la mirada siempre en el suelo y si alguien se atravesaba en su camino con cierta dificultad podía esquivarlo.

Sus largos cabellos negros cubrían gran parte de su rostro que no mostraba ninguna emoción más que preocupación.

Caminó desde la entrada hasta la sala de emergencias dónde la madre de ChungHa le informó que estaba.

—Señorita, tenga cuidado.—

Una enfermera reprochó a Sunmi por chocar contra ella, pero debía llegar rápido a la habitación así que solo hizo una rápida y pequeña reverencia para seguir con su camino.

—Sunmi, por aquí.—

La mencionada se detuvo en seco al oír la voz de la madre de ChungHa llamarla desde una silla frente a, la que suponía, era la habitación de su aún novia.

100 días para enamorar a mi profesoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora