Primera parte

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    Por más que trate borrarlo de mi mente, corazón o donde fuera que habitaba su recuerdo me fue imposible, siempre lo terminaba buscando, cociente o inconscientemente, en cada mirada desconocida, en algún grito fantasma, su inigualable perfume, inclusive alguna canción, su recuerdo simplemente era imposible de borrar. Él se convirtió en mi primer amor, el dueño de mis desvelos y fantasías al que fácilmente puedo nombrar culpable de mis malas notas o la primera borrachera, en la que fui participe de probar ese elixir llamado alcohol.
Recuerdo que tenía 17 años, era mi primer día en quinto semestre de preparatoria, me sentía emocionada otra nueva historia comenzaba, en los semestres anteriores no fui la mejor de la clase, así que como cada inicio de semestre me paraba frente a mi espejo y prometía ser la mejor, desgraciadamente nunca lo logre.
Las clases comenzaron, conocí a los que serian mis compañeros de clases y algunos profesores, hasta que alguno de ellos llamo mi atención de manera caótica era simplemente perfecto que con tan solo pensarlo provocaba un escalofrió, su nombre era Sebastian Reyes, lo recuerdo tan bien, tan maldita sea bien, aquella voz gruesa y autoritaria, su porte erguido, la manera tan formal de vestir, siempre impecable y elegante, lo bien cuidado de su barba, la manera en la que movía sus labios al hablar o cuando inconscientemente en estos se formaba un puchero, en esos momentos dejaba de ser aquella figura de respeto para convertirse en la viva imagen de un niño el cual provocaba abrazarlo, o soltar un grito ahogado cargado de ternura.
En el momento en que me preguntaban que pensaba del profesor Reyes, la sonrisa me delataba era inevitable, no supe el momento exacto que pase de la admiración al enamoramiento, ni siquiera a esa edad sabía lo que era estar enamorada, no sabía lo que era el amor a ciencia cierta, no al menos en los términos tan idealizados que estamos acostumbrados, mis amigos solían decirme que yo no sentía amor hacia él, tan solo era una atracción, y claro, todo comenzó así, tan lejana mente perfecto, donde en mi mente creaba alguna historia descabellada de amor.

Mi nueva tentaciónWhere stories live. Discover now