¿Quién eres?

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El silencio en el lugar se volvió abrumador, pesado y hasta asfixiante. Diana no sabía cómo interpretar lo que sucedía y menos si era real o no, mientras que Akko planeaba formas de salir de esa situación a salvo junto a la rubia. Ahri se burlaba internamente de sus pensamientos, y relajada, decidió caminar hacia ellas, alertando a ambas al instante. La demonio observó con curiosidad la posición defensiva que la británica tomaba hacia ella, cubriendo a la castaña de cualquier peligro en el proceso.

Ahri: Parece que he llegado en un mal momento- mencionó con una sonrisa diminuta, sin inmutarse por la pesada forma en que la observaban las dos brujas- Justo lo que quería.

Ahri siguió caminando hacia ellas, específicamente hacia Diana, pero antes de llegar a ella el hechizo de paralización en sus pies la hicieron observar la zona con confusión, antes de darle una mirada curiosa a la asiática que la había hechizado sin que ella se percatara. Estaba a punto de sacar un comentario sarcástico cuando sintió el siguiente hechizo impactándola con fuerza en el pecho, enviándola fuera de la habitación y destruyendo con el impacto la puerta de la librería.

Akko: ¡Tenemos que largarnos de aquí!- soltó con prisa, tomando a la rubia de la mano y jalándola hacia afuera, corriendo por los pasillos de la academia mientras dejaban atrás al demonio- ¡¿Cómo rayos se metió?!

Diana: ¡Me gustaría saberlo también!- respondió, siguiéndole el paso con la misma velocidad.

Ahri: ¡Les explicaré entonces!- soltó detrás de ellas, levitando con su magia mientras las seguía.

Diana y Akko volvieron a mirar al frente, observando por primera vez que toda la academia estaba solitaria, y que mientras más avanzaban en ella, más deteriorada se veía. La confusión y extrañamiento las inundó de repente, mas no tuvieron tiempo de analizarlo cuando un rayo de magia impacto contra el techo por el que ellas corrían y se derrumbó, obligándolas a soltarse de las manos si no querían morir aplastadas. El camino se dividió en dos, pero ambas se miraron con la intención de seguir avanzando, antes de que Diana viera como un hechizo como el que derribó la estructura golpeaba de lleno a su novia, enviándola lejos de ella en un parpadeo.

Diana: ¡Akko!- gritó sorprendida, tratando de correr hacia el lugar, siendo detenida por la demonio que la sujetó con su magia de todo el cuerpo y la elevó hasta que la tuviera a la par- ¡Suéltame! ¡Debo ir a verla!- bramó molesta, revolviendose entre las ataduras de magia histéricamente.

Pero no lograba nada, sólo raspaba su uniforme y lo rompía con la fricción, creándose cortadas en distintas zonas de su cuerpo por la fuerza con la que se movía al tratar de zafarse. Ahri sonrió satisfecha cuando la vio ceder ante el cansancio, y levitó hacia ella, negando con gracia por la mirada desaprobatoria de la otra.

Ahri: No me mires así querida, te hice un favor. Esa chica no va bien contigo.

Diana: ¡Me las pagarás!- soltó con enojo, frunciendo con malestar su rostro mientras pensaba en la castaña, que ya no emitía ningún sonido desde hace unos minutos.

Ahri: Si te preguntas que hice con ella, te diré que sólo le di una probada de su propia medicina- soltó burlonamente, riendo en la cara de la otra con la intención de hacerla enojar más- Ya no está en esta dimensión. 

Diana frunció su entrecejo con duda.

Ahri: Quizás esta en una mejor vida.

Diana: ¡Si le hiciste daño te voy a-

Ahri rodó los ojos al oírla comenzar a dar otro sermón, callándola con un beso antes de que siquiera terminara de amenazarla, disfrutando de la sensación y confusión repentina de la rubia antes de ser mordida por la misma.

SOLO A MÍ   [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora