Parte XII

6.3K 258 10
                                    

Parte XII

Narra Natalia:

Ver llegar a Sabela con el desayuno nos dio la vida a María y a mí.

Los padres de Mikel me llamaron para decirme que estaban en camino, pero como ya estaba despierto me dejaron entrar a verlo.

- Hola...¿Qué tal estas?

- Bueno, me he visto en sitios mejores, aunque ahora la compañía a mejorado.

- Tus padres están de camino, los tuve que avisar, cuando te encontré no sabía como estabas ni que te iban a hacer...

- Natalia acércate un poco más.

Me senté en la cama y el sujeto mi mano.

- No se como agradecerte lo has hecho. He sido un gilipollas y esto no se volverá a repetir. Me creí que podía con todo y que un par de pastillas iban a solucionar todo, pero he sido un completo imbécil. ¿Me podrás perdonar?

- Yo ya lo he hecho, ahora perdónate tú.

Vi como una lagrima caía por su rostro, Mikel iba de fuerte y de seguro de si mismo, pero siempre supe que todo era impostura.

- Voy a estar en lo que necesites ¿vale?

- ¿En todo lo que necesite?

Me levante de la cama.

- Mikel, te quiero muchísimo, hemos vivido muchas cosas juntos, y si quieres mi amistad la vas a tener siempre...

Mikel rompió en una sonora carcajada. Me miro muy serio.

- Natalia, te lo decía por si me acompañabas al baño, pero vamos que tu aclaración me ha venido genial, ya espero yo que venga mi padre si eso.

Ambos reímos.

- Me ha dicho una enfermera que estabas fuera con una chica rubia, es ¿Alba?

Su pregunta me pillo totalmente fuera de juego.

- No tendría porque contestarte a eso, pero para tu información es María.

- Ostras, peor me lo pones, mejor que no pase a saludar que igual me parte las piernas.

En ese momento entraron sus padres bastante angustiados, al comprobar que estaba bien, me dieron un abrazo. Yo los deje solos, mientras salía se me paso una idea loca por la cabeza.

- Mari, ya nos podemos ir. Pero se me ha ocurrido una cosa ¿tienes algo que hacer ahora?

- Había pensado dormir hasta que el agua se haga cerveza. Te conozco, no me pongas esa cara ¿qué quieres hacer Natalia?

- Vamos, te cuento de camino.

Narra Alba:

Ana se había quedado corta, Noemí nos recibió en la entrada de la galería. Era alta, con una larga y ondulada melena castaña, tenía ese aire de una persona que sabe que controla la situación. La dio un largo abrazo a Ana.

- Tu debes ser Alba.

Me sonrió, a la vez que estiraba la mano en forma de saludo.

- Ana, quédate echándole un vistazo a la galería. Alba ven conmigo, vamos a subir un momento al despacho.

El sitio era espectacular, abierto y con los pasillos de cristal y forja negra. Cada cuadro tenía un espacio especial para él, con la luz y el fondo adecuado, con frases de los autores o de pintores y pintoras famosas.

Que nunca gane el miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora