17: Atrapados

891 101 6
                                    

Eiden

Sabiendo que Edgard aún tiene a los niños, antes de ir a buscarlos decido visitar a mi jefe. Preparo mi arma que no uso hace tiempo, mi Arcus, y salgo del departamento en dirección a la central de la mafia de la droga, ese antro de mala muerte. Tengo que estar listo para cualquier cosa, porque Neill no me dejara ir tan fácil. Nadie puede retirarse de este mundo de corrupción, si te vas es en un ataúd, pero siempre hay formas de conseguir una salida.

Bajo del taxi y me dirijo al bar, al estar dentro alguien me hace una señal para que pueda entrar por la puerta que abre la habitación oculta, paso y me encuentro con el líder. El castaño fuma un habano como siempre, sentado en una silla, al costado de una pequeña mesa, sonríe de manera amplia al verme.

―Tanto tiempo Señor E, se digna a aparecer ―exclama feliz y frunzo el ceño por el mote ―. No pongas esa cara ―Se ríe ―las noticias vuelan.

Me le acerco y me siento a su lado.

―La Sociedad de las Letras no está de regreso ―le aclaro.

―Eso lo dices tú, pero el Señor T no está tan de acuerdo.

Sabía que no debía confiar en ese tipo, pero es el padre de Luke, a pesar de todo, y había un trato con Hermes ¿Cómo desconfiar? Además, no teníamos otra manera de resolver el problema en ese momento.

―No importa, ese tema ya no me concierne ―Niego moviendo la cabeza y luego me detengo para mirarlo fijo ―. Voy a dejar el negocio.

Su sonrisa se borra y sus ojos se entrecierran.

―Creí que a tu mujercita le gustaría conocer algún dato, ¿de verdad no quieres descubrir lo que sé o es que tienes más información que yo?

―Voy a sacarla del país y nos iremos lejos ―dictamino.

Se ríe.

―O sea que cuando hablas del negocio, te refieres al que tienes conmigo ―Regresa a ponerse serio ―. Sabes cómo es esto Eiden, no te puedes ir, sabes demasiado para que te deje con vida, si no te quedas, todo el que sepa algo muere, esa es la regla.

―Lo sé, pero siempre hay otras opciones, por eso vine de frente, estoy seguro de que podemos llegar a un acuerdo, como los viejos tiempos.

Edgard

Tengo frío, me abrazo a lo que creo que es una manta y cuando termino despertándome del todo, me doy cuenta que es su chaqueta.

Huele a Erik.

Ay soy un estúpido, voy a terminar enamorándome del oficial, ¿o ya lo estoy? Como sea, me levanto del sillón, me acomodo la ropa y lo voy a buscar. Debo irme, tengo que buscar a los niños antes de que sus padres me maten y además, arreglar el problema en el que me metió Russell con Neill. Tengo que sacrificar la vida de una persona para salvar la mía propia.

Lamentablemente.

Camino hasta la habitación de Erik y doy dos golpecitos a su puerta, no me responde así que la abro. Veo como duerme, así que me quedo tildado observándolo. Es mi tipo de hombre, pero es heterosexual, debo dejar de mirarlo como a una potencial presa. Tengo que dejar de babear por él.

¡Eso es muy difícil!

Me le acerco e intento despertarlo, toco su hombro, pero no hay caso, no despierta. Así que decido hablarle.

Perversa Oscuridad: Conquista [#5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora