Capítulo 28

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Reaper despertó, vio su cara al espejo del sótano y gruñó un poco. Lavó su cara con el agua que había en el lugar y se sentó al lado de la puerta cual perro a esperar a su hijo, quien siempre venía a éstas horas a traerle comida.

— Buenos días, papá. ¿Cómo va tu mandíbula?

Reaper abrió la boca y luego la cerró, demostrando que las heridas que hace unas semanas le había hecho Geno habían sanado. Silver revolvió su pelo y le acompañó a una pequeña mesa que había armado al centro de la habitación.

— Mamá no nos molestará en unos días. Anoche no llegó y supondré que está oc-

— ¿Le hará algo a Error?

— Es lo más posible.

Ambos, después de comer se miraron un tiempo y sonrieron.

Reaper no sabia muy bien ya lo que hacía. Entre recibir las horribles palizas por parte de Geno, prefería ser cogido por su hijo que ello.

Silver se acostó en el colchón y lo llamó a su lado, a lo que el mayor obedeció.

— Dejame ver la herida en tu abdomen.

Reaper se quitó la polera, con cierta dificultad a decir verdad, para dejar ver una herida abierta, que media al menos una palma. Jadeó al sentir los dedos ajenos tocar su piel.

— Te ves tan tierno sintiendo dolor...

— ¿Ah...?

Silver, sin mucho apuro, se bajó los pantalones y empujó a Reaper contra el colchón, rozando su miembro contra la herida de su padre.

Reaper soltó quejidos, quejidos de dolor.

¿Que daño tendría que haber en la mente de una persona para encontrar algo así, tierno...?

Pronto, la puerta sonó.

Geno abrió la puerta de manera fuerte y tiró a un Error casi desvalido al suelo.

Reaper gritó de horror. Silver le consoló.

Geno sonrió.

Daño Psicológico | ¿Afterdeath? | ⚠ +18Where stories live. Discover now