Daño Psicológico | ¿Afterdeath? | ⚠ +18

Capítulo 33 (+18)

Atención.
Contenido explícito de violencia y actos sexuales ciertamente sádicos. Si no te sientes capaz de leer o eres sensible, pasa al siguiente capítulo que no contenga el +18.

Gracias.

— ¡PAPÁ, DETENTE!

Silver gritó desesperado mientras Horror le agarraba con fuerza de los brazos. No quería seguir mirando, pero la mano fuerte y dañada del asesino le obligaba a tener la cabeza en alto para presenciar tan macabra escena.

Geno tenía a Error sentado en el suelo, sus ojos vendados y su boca atada. Sus manos atrás de su espalda y sus piernas inmovilizadas. Había caído en la inconsciencia hace ya minutos, hace ya horas.

El reloj daba las 2:43 de la mañana, Reaper estaba agotado, aterrorizado. Miraba desde la esquina de la habitación todo intentando gritar, mordiendo el amordazador para evitar llorar. Había dejado de luchar contra las cadenas al sentir la sangre correr entre sus dedos. Quería salvar a Error tanto como su hijo.

Mas ni uno podría librarlo de su final.

Error despertó, gritó y nuevamente cayó.

La tela que cubría su boca goteaba sangre, sangre que escupia a ratos con asco. Geno caminaba al rededor de él pensando, pensando en qué hacer.

¿Clavar una navaja en sus dedos estaría bien?

¿Partir golpeando sus piernas dañadas causaría más dolor?

Hm, ideas desquiciadas.

Pensó, pensó y exclamó.

— ¡Haha! Se me ocurrió una idea. ¡Horror! ¿Tú crees que este pequeño hijo de puta tendrá sed? ¡Cuando era menor no le gustaba la leche! Pero veo que la de Reaper muy bien se la tragaba. ¿Le gustaría la mía?

Horror rió. Silver gritó, pero de inmediato recibió una puñetazo que le hizo escupir sangre y jadear.

Geno quitó la venda de la boca de su hermano y se sentó en su vientre, pasando la punta de la navaja por los rotos dientes de su hermano.

— Ya no los necesitas.

Reaper gritó.

Diente por diente fue sacado hasta dejar la camisa y manos de Geno empapadas en sangre. Cual bebé, su dentadura estaba vacía. No había dientes, no había nada para masticar.

Geno tomó un vaso de agua, tiró la cabeza de Error hacia atrás y vertió el líquido. Luego el menor reaccionó ahogándose y la tiró.

— ¡Mira nada más! Boca limpia. Hmp~

Error, sin saber muy bien que hacer, que decir, que sentir, intentó tragar los restos de agua con sabor metálico por mera sed, y cerró sus ojos.

5 segundos después, gritó en seco, sintiendo como su boca era embestida sin piedad alguna. Cada embestida era como si un martillo rompiera un delgado cristal.

Geno terminó en su boca y cerró la mandíbula de su hermano de manera brusca. El líquido blanco y espeso salía casi por los lados de su boca. Se estaba ahogando, intentaba toser, intentaba gritar.

El líquido pasó por su garganta y cayó por su nariz debido a sus intentos desesperados por escupirlo, Geno acarició su mejilla y limpió su miembro que estaba teñido en rojo por la sangre ajena.

— ¡Que genial plato de entrada! ¿Vamos por lo siguiente?