Daño Psicológico | ¿Afterdeath? | ⚠ +18

Capítulo 35 (+18)

Advertencia.
Violencia explícita; Sangre.
Si no te sientes capaz de leer esto, o eres sensible, pasa al siguiente capítulo que no contenga el +18.
Gracias.

Reaper escupió, vomitando a los segundos de asco y repulsión. Al abrir los ojos de manera lenta, ahogó un grito tapando su cara cual niño aterrado.

Era el miembro de Error cortado delante de él.

— Creí que te gustaba comerle el rabo a mi hermano.

Reaper miró a los ojos a Geno unos segundos y volvió a vomitar.

Geno tomó el cuerpo inerte de Error y lo tiró delante de Reaper sobre el charco de vómito salpicando bastante.

Reaper tapó su cara soltando lágrimas silenciosas. No sabía reaccionar.

Geno se puso por detrás de Reaper y besó su nuca, Silver gritó con ira, Horror lo golpeó.

— Bien, serás un buen chico y me ayudarás a cortar a Error.

— N-no.

— No me hagas hacerte lo mismo, imbécil.

Reaper sintió el mango del hacha entre sus manos con un líquido ciertamente pegajoso; Sangre.

Sintió que nuevamente iba a vomitar, hasta que Geno guió sus manos, haciendo crujir los huesos del cadáver se Error. Geno empezó a reír, tomó el brazo e hizo que rozara la mejilla de su esposo.

— Cuando, cuando terminaban de coger ¿Acariciaba tu mejilla? ¿Tomaba con estas malditas manos tu cara para luego hacer que le lamieras la polla?

Reaper vomitó y apartó aquella extremidad de su cara empezando a sollozar aterrado.

— Horror, sueltalo.

Silver cayó al suelo tras horas inmovilizado y fue al lado de Reaper, abrazandolo de manera sobreprotectora y besando su frente intentando calmarlo.

Por alguna razón, nada de esto lo hacía sentir mal.

— ¡Mirenlos! Parecen una pareja tan dulce... Tan, tan dulce. ¿Tienen sed?

Geno elevó el hacha y cortó la yugular de Error de solo un corte, Horror agarró nuevamente a Silver amarrándolo del cuello. Geno puso la cabeza chorreante de sangre sobre la boca de su hijo y dejó caer aquel líquido carmesí en su boca hasta llenarla.

Silver cayó al suelo tosiendo al borde de vomitar.

Reaper pataleó, gritó, lloró.

Y terminó vomitando por quinta vez aquel día.

— Bien, ahora sigamos contigo, pequeño Silver. Horror, limpia ahí.