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—Lo bueno es que tiene solución y no ha terminado siendo tan grave —comentaba la rubia, saliendo del baño y encontrándose a una Irene ya vestida.

—¿Cómo pudiste arreglarlo?

—No lo hice, no soy plomero. Pero lo que sé es que tiene solución, llamaré a uno para que venga y lo repare cuanto antes —avisó la rubia, tomando su móvil y empezando a marcar el número.

—De acuerdo, pero realmente estoy empezando a cansarme de tener estos poderes. Terminaré gastando más económicamente de lo que gasto con normalidad, no puedo creer que esto me esté pasando a mí —la pelinegra empezó a hacer quejas en voz baja, hablando por su cuenta, aunque Wendy estuviera escuchándola perfectamente—. Ya han pasado varios días y sigo sin tener una idea del control sobre ellos, es tan molesto.

—Bien, mira... Mejor dejaré un mensaje a mi amigo, él trabaja en la plomería así que puede que no cobre mucho. Hasta podría pagarte el trabajo pero sé que la idea no te agrada y-

—Es que tú no tienes por qué encargarte de algo que yo arruiné —dijo Irene, aquella frase había sonado más fría de lo que hubiese querido.

—Entiendo...

—Igual lo agradezco —trató de arreglar con cierta sinceridad la mayor.

—Mientras esperamos la respuesta del plomero... Creo que podemos tomarnos este día como para enfocarnos únicamente en tus poderes, ¿te parece? —sugirió la rubia, una sonrisa alegre formándose en su rostro.

—Suena agotador pero lo haré, quiero tener el control sobre un poder al menos —admitió la mayor, levantándose de su cama ya que se había mantenido sentada sobre ésta.

—Tenemos que comentarle a las chicas que vendrán a reparar tu ducha, mientras, nosotras nos iremos al parque que está a tres calles de aquí —Wendy musitaba con seguridad, ya pareciendo tener un buen plan para después.

—Parece que has planeado todo —soltaba con algo de sorpresa la pelinegra.

Wendy le sonrió confiada y ambas se dispusieron a dejar la habitación.

(...)

—¿Plomero?

—¿Cómo rompiste la ducha, unnie?

—Dime cómo se llama.

«Son como tres niñas curiosas», pensaba la mayor al escuchar cómo sus amigas la invadían con preguntas.

—Se llama Eric, seguro vendrá en unos minutos. Iré con Irene unnie a pasear mientras tanto —respondía lo único que necesitaba decir Wendy. No pensaba revelar más de lo necesario sobre el tema de la ducha.

—¿Puedo ir con ustedes? —articuló aquella pregunta Yeri, esperando una respuesta positiva por parte de sus unnies.

Tanto Wendy como Irene se miraron entre sí, la pelinegra ya dando por hecho que la menor se les uniría porque la rubia no era muy buena para decir: «no».

—Yeri —el llamado de Joy a la menor, interrumpió el pensamiento de la mayor—, mejor quédate aquí, quiero salir contigo después de que venga Eric —le dijo la pelirroja, tomando el brazo de la menor mientras le dedicaba una mirada de súplica. Yeri la miró con extrañeza, más prefirió guardar sus preguntas para después, cuando estuvieran a solas.

—Solo por esta vez te haré caso —le susurró la pelinegra menor a Joy, quien le sonrió agradecida a pesar de la advertencia que le estaba dando.

—Significa que... ¿Puedo ir en su lugar-

—No, tú también te nos unes —cortó la más alta a Seulgi, la castaña cruzó sus brazos y mantuvo seriedad por el momento, también tenía pensado hacerle un interrogatorio a la pelirroja más tarde, su actitud y comportamiento últimamente habían cambiado para ella.

—Supongo que... Iremos por nuestra cuenta —hablaba la rubia, sus cuerdas vocales soltando un tono subjetivo, regalando esa última frase más a Irene que al resto de las chicas.

—Disfruten su salida —una sonrisa encantadora y brillante se mostró en el rostro de la más alta, encendiendo esa sensación de alerta sobre Irene, la mayor miró directamente a Joy... Estaba de más decir que su comportamiento era sospechoso hasta para la mayor.

—Las veremos más tarde —se despidió Irene, tomó la perilla de la puerta de entrada y fue la primera en salir del departamento, segundos después seguida por Wendy.

(...)

—Primero vayamos a comprar helado, hace calor y siento que me estoy derritiendo como tu escritorio —bromeó un poco la rubia con la situación, aunque en cierto punto, el día sí se encontraba realmente caluroso.

—¿No te parece extraña la actitud de Joy en los últimos días? —ignoró el comentario anterior de la rubia, y prefirió articular la duda que rondaba por su mente, la pelinegra.

—¿Cómo qué? —cuestionaba Wendy, soltando un suspiro ya que siempre era lo mismo con la mayor, con respecto a sus bromas... Y todo en sí.

—Hace unos minutos atrás... El cómo actuó, es sospechoso —admitía Joohyun, entrecerrando sus ojos y como si de un flashback se tratara, la imagen exacta de lo que había sucedido antes de que salieran del departamento, volvía a repetirse.

Irene sentía estar reviviendo nuevamente el instante donde Joy parecía comportarse así, la pelinegra después de unos minutos, volvió a encontrarse con Wendy donde habían abandonado la conversación antes de que se pusiera a pensar en la pelirroja y lo que sucedía.

Joohyun había tenido un pequeño viaje en el tiempo, no retrocedió demasiado, no obstante, debía admitir que aquello le había dejado la piel de gallina.

Primero vayamos a comprar helado, hace calor y siento que me estoy derritiendo como tu escritorio —volvía a repetir Wendy, el mismo tono bromista utilizado con anterioridad... No parecía consciente de eso.

Joohyun se empezaba a encontrar algo perdida.

—Ya has dicho eso, Wendy —comentó, llamando la atención de la rubia haciendo que ésta detuviera sus pasos al igual que ella misma.

—¿Qué? ¿De verdad? —el desconcierto en su rostro no parecía ser fingido, Wendy parecía mostrarse igual de confusa que ella.

Irene sólo pudo confirmar que se trataba de otro nuevo poder al preguntarle lo siguiente.

—¿Cuánto tiempo llevamos caminando?

—Sólo unos segundos. Recién hemos salido del edificio, las chicas están esperando a Eric —le recordó la rubia, miró fijamente a Irene al notarla tan tensa—. ¿Qué sucede?

—Creo que he retrocedido en el tiempo.

Y aunque se tratara de algo que ya no debería de tomarla desprevenida, una vez más, volvía ese momento imprevisto. Wendy al igual que Irene estaba empezando a preocuparse de verdad...

Joohyun estaba cada vez consiguiendo más poderes, y eso, solo podría traer consigo más problemas.

¿Súper Joohyun? ; Wenrene Donde viven las historias. Descúbrelo ahora