El neutrófilo 1146 volvía a cerrar los ojos mientras descansaba en el pecho de su amada Rojita. Jamás antes se había sentido tan indefenso y protegido a la vez, era él un asesino de élite, un soldado blanco que desde su nacimiento fue preparado para matar y resistir... Y ahora, estaba completamente a merced de una de las células más inofensivas del organismo. Bastaba que ella se lo pidiera y saltaría al vacío. Si ella se lo ordenaba acabaría con todos, si ella así lo quería él mismo acababa con su propia vida porque tenía dominio absoluto sobre él y ella siquiera lo sabía.
Ahora, perezosamente recostado en el suave pecho de su amada cediendo al sueño. Desde que salió de la.medula ósea jamás había faltado un solo día a trabajar, jamás se quedó en su cama más de lo debido, más ahora no quería salir de ahí nunca."Hakkekkyuu... Despierta, debes despertar. Te amo"
- ¿Hum? ¿Rojita? - el varón se levantó de su cómoda cuna para ver el rostro de la chica, esa adorable sonrisa que lo volvía loco.
"Mi hermosa Rojita, de seguro quieres salir a pasear o algo ... Está bien, pero primero necesito amarte un poco más, solo un poco más para el camino".
- Hakkekkyuu... ¿Todo bien? Tu mirada... - La pelirroja estaba algo confundida con la expresión del albino, si bien no le causaba miedo alguno esa "peculiar" sonrisa ni esa mirada levemente similar a cuando está en servicio, le causaba cierta extrañeza una mirada así sobre ella y más aún en el contexto en que se encontraban.
- Todo bien, todo bien... Pensaba que quizás ya estás aburrida de estar aquí y te gustaría dar un paseo. Pero...-
- Oh, es buena idea. Me gustaría dar un paseo contigo, pero ¿Cuál es el pero? - preguntó ingenua la chica. Esa ingenuidad y absoluta confianza lo ponía tenso, cada vez que hacía algo así le daban deseos de brincar sobre ella y no soltarla jamás.
"Eres demasiado buena para este mundo. Debería encerrarte en una caja de cristal para que nada ni nadie te toque ..."
- Pero... Pero nada, es sólo...-
Una vez más la chica inclinaba lentamente la cabeza a un costado tratando de descifrar la incógnita, parpadeando un par de veces, con esos ojos tan brillantes y dulces. Para el pobre neutrófilo enamorado rayando en la demencia, eso era demasiado. Mientras la pelirroja volvía a repetir el gesto al otro lado notando como el rubor subía al rostro del varón.
- Yo... ah, mi-mira ire-iremos a dar un paseo ¿Si? Pe-pero... Cielos, no puedo con esto ¡Esto es tu culpa! - el neutrófilo se abalanzó sobre la eritrocito sin aplastarla dando un profundo beso cargado de amor y pasión a la chica quien reaccionaba sorprendida. Al romper el contacto por falta de aire, pero sin separarse completamente la pelirroja ruborizada sostenía el rostro del varón.
- Hakkekkyuu, cielos... ¿Pero yo que hice? -
- Lo estás haciendo otra vez... - respondió el varón besando una vez más a la chica confundida.
- ¡Pero yo no sé qué estoy haciendo! -
- ¡Ahí vas de nuevo! ¡No tienes remedio! - respondió el varón fingiendo enojo y replicando el beso añadiendo pequeñas mordidas en el labio inferior de la confundida muchacha.
- Mmmm ♥ ... Hakkekkyuu, N-no sé que estoy haciendo... -
- Y sigues... Eres tan, tan, tan linda... -
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El neutrófilo salía de la ducha. Después de saciar su necesidad devorar una vez más a su dulce amada y una ducha rápida entró a la habitación para avisar a la chica que la ducha estaba desocupada, pero sintió un punzón de culpa al ver a la chica. Ahí sobre la cama, dormida, cansada, cubierta con la misma camisa negra que el traía en la mañana.
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Sentido de pertenencia
FanfictionU1146 era un soldado blanco más. Su rol era proteger aquel mundo de cualquier amenaza que alterase la paz al costo que sea. Pero el mayor costo de su difícil trabajo era ser temido o repudiado por los demás... hasta que apareció ella, una dulce jove...