III

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Este último capítulo contiene un poquito de smut

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A la medianoche, todos y todas brindaron con alegría. Más allá de las creencias que podían llegar a tener, lo que valía e importaba allí era pasar un agradable momento en familia.

Eliza, J'onn y James, este último para alegría de Lena, se marcharon pronto del departamento de Kara, a la 1 A.M.

—¡Bien Ruby! ¡Destrózalo! —Winn gritó con emoción mientras veía como Ruby asesinaba a un jugador en Call of Duty.

—¿En algún momento dejarán de jugar? —Cuestionó Lena, quien se acercó a la isla de la cocina para tomar un trozo de lemon pie vegano, también gentileza de Kara.

—¡Eso es! —Ahora gritó Alex quien chocaba su puño con Ruby, al parecer la chica había tenido buena puntuación en la partida.

—Sinceramente, no lo sé. ¡Ruby en unos minutos nos vamos! —La menor hizo un mohín pero luego asintió a las palabras de su madre.

—Igual te encanta, ¿Eh? —Lena dijo divertida para luego llevarse un poco de lemon pie a la boca.

—¿Qué dices?

—Alex. Te encanta que Alex se lleve tan bien con Ruby.

—C- Claro. A Ruby le cae bien Alex. —Lena arqueó sus cejas.

—Ajá. —Lena sonrió divertida, su amiga rodó los ojos.

—¿Qué estás tratando de decirme, Lena? —La mencionada se encogió de hombros.

—Nada, ¿Qué piensas que trato de decirte? —Sam bufó.

—Te odio.

—Me amas. —Lena le guiñó un ojo y la castaña se alejó, yendo al encuentro con su hija.

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A las 2 A.M. todos los invitados e invitadas se fueron del departamento de Kara, para desgracia de Winn y Ruby, quienes querían seguir jugando.

Lena y Kara prometieron hablar con Sam y Alex para organizar la salida entre las cuatro. Alex no lo admitiría, pero amaba aquel plan; Quería conocer más a Sam y no sabía cómo. Tal vez, gracias a aquella salida, podría conocerla mejor.

—¿Te gustó la cena? —Kara abrazó a Lena por detrás. Ésta última asintió.

—Sí, gracias. ¿Sabes? —Lena se volteó para mirar a la rubia—. Jamás sentí que tenía una familia, jamás me sentí querida, plena. Y todo eso lo tengo ahora, gracias a ti.

Kara negó.

—No, Lena. Lo tienes porque eres una maravillosa persona. —Lena sonrió para luego depositar un beso en los labios de Kara.

—Tú confiaste en mí, desde el primer momento. Cuando todo el mundo dudaba de mí, tú no lo hiciste. Incluso yo misma dudaba de mí y de quién era. Ya te lo he dicho, Kara. Eres mi héroe.

—Bueno, Supergirl... —Lena negó.

—No. Esto también te lo dije una vez, pero trataré de ser más clara ahora: Supergirl puede ser la superheroína de National City, la kryptoniana con súper fuerza y súper velocidad. Pero yo prefiero a Kara, mi Kara. Esa reportera tímida, que cuando se pone nerviosa acomoda sus gafas torpemente. —Kara se sonrojó—. Esa que siempre está ahí para mí, cuidándome y respetando mis espacios, que siempre me logra sacar una sonrisa a pesar del mal día que pueda llegar a tener.

Dulce Navidad - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora