5. Rosas violetas.

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Entro en su delicioso agujero con envestidas duras s y profundas, deleitándome con los sonidos que salen de su garganta. Cambiamos de posición, el encima de mí, dejándome ver sus expresiones de placer, así como sus ojos devoraban mi cuerpo.

Clavo mis manos en sus caderas finas, moviéndola suavemente. Mi chico sitúa sus manos en mi pecho, acercando su rostro al suyo. Devoro sus labios, mientras me ocupo de subir y bajar su bello trasero en mi carne que estaba a poco de explotar.

Tomo su miembro con mi mano izquierda y con la otra continuo lo que estaba haciendo. Al ritmo de las embestidas, masturbo su pene, liberando su esencia en mi mano. En dos embestidas más, soy yo quien se viene dentro de él.

—¿A qué hora es tu graduación? —beso su hombro, aun dentro de mí. Recostado en mi pecho le digo.

—A las 12... son las 10 en unos minutos me levanto para prepararme —se levanta, saliendo de mí.

Se desfila por el cuarto en su mejor ropa, pasa delante de mí, me sonríe, guiñándome el ojo. Sus caderas tenían un vaivén que me volvía loco cada vez que las veía, su pequeño trasero me incitaban a morderlo y su cuerpo a marcarlo todo, que resalten que era solo mío.

Lo vuelvo a ver con una de mis camisas, esas que le quedan hasta la mitad del muslo. Pierdo de vista su traserito al salir por la puerta, lo sigo un poco después, con solo unos boxers.

—Haré unos sándwiches —saca el pan de la bolsa, buscando los demás ingredientes en el refri —¿Iras a verme?

No me perdería por nada del mundo la graduación de mi novio.

—¿Qué te hace dudarlo? —Lo abrazo por detrás, mordiendo su cuello —no me lo perdería, ni aunque mil enfermedades me atacaran.

Deja un beso en mi mejilla.

—Ve a bañarte, que a nadie le gustara oler los fluidos de dos chicos... —dice con un retintín sarcástico, sacándome una carcajada.

Acato sus órdenes, bañándome. Limpio todas las partes que puedan ser percibidas por el mal olor. Cuando salgo, busco en mi armario mi esmoquin. Primero me pongo los pantalones del traje con la ropa interior debajo obvio, después le sigue una camisa maga larga. Voy a la cocina por mi sándwich, tomando lo de la mesa.

Me pongo a ver TV un rato, en lo que Minnie sale del cuarto listo.

Transcurre una media hora levanto mi trasero del sillón para ir al cuarto a terminar de ponerme lo que restaba de mi traje.

—Guaoooo...

Sabía que era bello, pero no que rebasaría esa palabra. Estaba claro que lo podía hacer y estaba siendo testigo. Lucía un espectacular esmoquin azul plomo, marcando sus curvas, me entraron los celos, todos no le quitarían los ojos de encima. Era muy consciente del efecto que el producía.

—Cierra la boca y termina de vestirte que se nos ara tarde, Jeno —aplica un brillo en sus labios, se voltea caminando a mi dirección.

Besa mis labios, solo un roce y sale de mi campo de visión.

Simplezas como esas me dejan aturdido. Esos son los efectos que produce Na Jaemin en mí. Ve el reloj de mi muñeca, tenía razón se nos hacía tarde. Busco los zapatos, colocándomelos y dejo de ultimo la chaqueta, llevándola en mi hombro al salir del departamento los dos.

No quito la vista de la carretera al comenzar a escuchar a Min hablar:

—Sabes... quiero presentarte a mi padres —dice en forma temerosa.

Asiento.

—También que creo que me enamore de alguien.

Asiento.

Esperen... ¿Qué acaba de decir?

Lo miro, su expresión seria me hace dudar pero sé que del único que vive enamorado es de mí, así como yo de él.

—Hahahahahahahahaha —se ríe de mi cara.

—No te rías... es algo serio —frunzo el ceño, estacionándome en frente de su colegio.

—Si lo es... pues del único que estoy enamorado está aquí —toma mi mano, entrelazándolas —;conmigo.

Beso sus labios, susurrando un "Te amo" en ellos, sus mejillas se visten de un carmín muy lindo. Entramos, dividiéndonos al momento de sentarnos. El en el área de graduados y yo junto a los asientos vacíos de sus padres. Nada raro con respecto a lo que me había contado Jae sobre sus padres, pocas veces solían aparecer en sus actividades escolares.

Cada uno pasa a recibir su diploma al comenzar la ceremonia. Muchos tomaban fotos, otros grababan o estaban como yo, sentados viéndolos con orgullo en la mirada.

Le sonrió a mi chico al tocarle su turno con su vestimenta, birrete y su diploma en manos. Quedaría grabada para siempre el momento en que paso a ser un graduado oficialmente. Aplaudo levantándome de mi puesto, haciéndolo llorar. Camina a donde estaba al bajar del escenario, lo recibo con mis brazos bien abiertos.

—Gracias por estar aquí... —su voz suena entrecortada por el llanto, lo abrazo más fuerte —Te amo.

Tomo su mano, dejando en ella una rosa violeta. La mira confundida en sus manos.

—Dale la vuelta... —lo hace, descubriendo en su reversa un anillo muy lindo con incrustaciones de pequeñas amatistas en forma de rosa –felicitaciones mi pequeño...

Besa mi rostro en frente de todos al terminar la ceremonia y encontrarnos en el patio de su instituto. Golpeo mi hombro con sus manos, me rio. Sabía porque lo estaba haciendo.

—¿No te dije que ya dejaras de comprar cosas caras? —hace un puchero tan irresistible que lo termino besando.

—Lo hiciste... pero lo vi y me pareció que se vería muy bien en ti —lo persuado, aunque era la verdad —no fue tan caro.

Ahí si estaba mintiendo. El dinero me era fácil de gastar, mis padres eran dueños de una cadena de joyería. Él no lo sabía, mis amigos sí. No es que me resultara incomodo decirle, solo que estaba acostumbrado a no decirle a las personas de la ocupación de mis padres. Agradezco que mis padres me hayan dado ese obsequio para él, sabían lo mucho que lo amaba.

—¿No tienes miedo de dejar a tu familia en la ruina, Jeno? —Tenían demasiado dinero para pensar en eso —tienes que pensar en dejar de hacer tantos gastos innecesarios.

—No son "gastos innecesarios" como tú dices —le pongo el anillo en su dedo anular —,porque tú los haces lucir muy bien.

Dejamos lo que hacemos al ver a sus padres acercándose a la lejanía. Sonrió, tomando su mano fuertemente, sabía que no eran las personas más agradables y que querían que una chica ocupara mi lugar, pero ellos no deciden de quien se enamorara su hijo.

—Felicitaciones hijo... —lo medio abraza su madre, más pendiente de su teléfono —veo que trajiste a tu amiguito...

—Su novio —me mira confundida, como disfrutare ver su cara de enojo —Soy el novio de su hijo, me presento formalmente.

—¿Quién te crees para decir eso, joven? —Entro su padre a la conversación con un tono de molestia al hablar —mi hijo se casara con una señorita.

Estaba por decirle todo lo que le hacía a su hijo pero el mismo me interrumpió la ver mis intenciones. Me conocía muy bien.

—No empieces son esas ridiculeces, tu sabes muy bien de mis gustos —lo enfrenta, mira a sus dos progenitores —Gracias por venir.

Se da la vuelta y se va en dirección a la salida de la institución.

Antes de seguirlo, les digo unas palabras a sus padres:

—Fue un gusto volverlos a ver —hago una reverencia —mándenle unas rosas violetas independientemente de su forma.

Sonrió al darme la vuelta.

De Hamburguesas Grasientas a Caidad en Lodo [NoMin/NCT]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें