De Hamburguesas Grasientas a Caidad en Lodo [NoMin/NCT]

6. Nuevo integrante.

Le doy una cucharada de mi helado de chocolate, abre su boca, recibiéndolo gustoso, lamiendo sus labios al final. Él también me da una cucharada de su pastel de cerezas y moras.

Estábamos en una cafetería cerca de mi departamento. No solía transcurrirla mucho, pero con la llegada de Min a mi vida lo hacía regularmente, porque allí hacían su postre favorito.

Pastel de regaliz.

—Te tengo una sorpresa...

—¿Otra? —Pone los ojos en blanco, negando, al final reluce su sonrisa —cuéntame... ¿Cuál es?

—No, lo sabrás al momento. —le pongo un poco de misterio —¿Ya tienes en mente a que universidad ingresaras?

Asiente mientras come.

—Queda cerca de la que asistes... —bebe de su malteada —me agradan las instalaciones, las personas parecen agradables y empezaré en unos meses.

—¿Estás preparado para el cambio? —llevo a mi boca un trozo de su pastel.

—Ni que fuera a ser el gran cambio —limpia sus labios, continuando con lo que estaba diciendo —practicanmente las dos cosas que cambiarían... serían ver rostros distintos a los que estaba acostumbrado, igual a las instalaciones.

Le pegaría bastante y a mí se me había ocurrido una idea para que se olvidara de eso.

Saco unos cuantos billetes de mi cartera, dejándolos encima de la mesa, levantándome, haciéndole señas de que hiciera lo mismo. Niega, tomando el plato de pastel a media en sus manos, me sigue.

—No lo dejare... —come un pedazo de el en la entrada —está muy bueno.

—No como tú... —boqueando, golpea mi brazo y sale hecho un tomate muy comestible.

Rodeo con mi brazo sus hombros, iríamos a adoptar a un minino. Él no tenía la menor idea, ni lo sospechaba. Estaba sumido en su postre y en seguirme regañando por lo del aniño. Que lucía en esos momentos muy bien en su dedo anular.

—¿Cómo sigue ji sung? —su dulce voz me saca de mi ensoñación.

—Fui a visitarlo a el medico la semana pasada... —suspiro muy triste por las condiciones de mi amigo —estuvo en peligro de perderlo... la cara de Haechan al enterarse fue de sufrimiento total.

—Y... ¿Si vamos a visitarlo? —era una buena idea.

Asiento. Lo del minino podía esperar un poco más.

—El hospital queda a unas 3 cuadras más... —voto el cartón en una papelera —¿Dispuesto o iras en bus?

Me pellizca el brazo deshaciéndose de mis brazos, empezando el a caminar con rapidez. Lo sigo unos dos pasos por detrás de él, no quería hacerlo enojar más de lo que estaba. Solía hacerlo para ver su ceño fruncirse y lanzar gruñidos a la nada.

—¡Lee Jeno! —Estaba en problemas, detiene su andar; volteándose —¿Tengo cara de princesita que necesita un transporte?

Lo escaneo de la cabeza a los pies. Su apariencia daba de un chico fuerte pero que no lo demostraba a simple vista, el aspecto de su cara, en especial sus facciones finas decían que era todo una criatura indefensa y transpiraba dulzura por todos lados, así que en parte si tenía ese aire de princesa.

Pero no se lo diría. Seria para que me lanzara alguno de sus zapatos. Mi minie podía llegar a ser un poco temperamental a veces.

—No —digo despreocupadamente, continuado mi andar —Sigamos... que al salir te llevaré a buscar tu sorpresa.