Wheels

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Despierto como todos los días: cuando el sol ilumina tanto mi habitación que me es imposible seguir durmiendo.

Me siento en la cama y miro hacia mi costado. Matt está dormido envuelto en la cobija. ¿No le puse seguro a la puerta?

Me levanto y llevo mi ropa hasta la ducha. Cuando salgo, ya cambiada, Matt sigue en la cama.

— ¿Matt? — me acerco — ¡Matt!

— ¿Qué? — me dice con los ojos cerrados.

— ¿No piensas levantarte? — lo muevo.

— No — dice serio.

— ¿Por qué no? — Me cruzo de brazos — ¿y el desayuno?

— Estoy enojado contigo, trataste de echarme de aquí — se tapa la cara con la cobija.

— ¿De qué te quejas? ¿Estás aquí o no?

— Estoy aquí porque yo quise, no por tu amabilidad.

— Has lo que se te dé la jodida gana — salgo del cuarto.

Voy a la cocina a tomar café y comer un cereal. Quisiera regresar a mi cama a tomar una siesta pero el niño berrinchudo sigue ahí. Así que tomo mis llaves y me voy al bar.

Esta noche en el bar es noche de chicas. Y ya que las mujeres toman más bebidas preparadas que cerveza, necesito la ayuda de Sean y Phoebe para atender.

Llego al bar y me encierro de nuevo. Si Matt no quiere dormir en el sofá yo lo haré. Despierto cuando mi estómago hace ruido y me indica que es hora de comer.

Pido una pizza para que sea entregada en el bar y confirmo que esta tarde será entregado el nuevo equipo de Karaoke.

Sean llega justo antes de abrir y se dirige a la barra. El reproductor de música junto al escenario toca pistas aleatorias.

Algunas chicas empiezan a llegar y se acomodan en las mesas. Sean prepara martinis y daikiries que yo llevo hasta ellas.

Cuando regreso a la barra, mi peor pesadilla se encuentra ahí.

— ¿Qué haces aquí? — le digo.

— Vine a ayudar a Sean — dice serio.

— No voy a pagarte, no te contraté.

— No necesito que lo hagas, vine a ayudar por él — me mira con el ceño fruncido.

— ¡Bien! — le grito y me doy la vuelta — ¿Donde demonios está Phoebe?

— No lo sé — dice Sean preparando bebidas.

Voy entre las mesas entregando tragos y tomando pedidos. Sean los prepara y Matt está en la barra ayudando, aunque parece ser que hoy quiso ser muy amistoso.

Está en el extremo de la barra platicando con la misma chica de la otra vez. Ella lo mira con la boca abierta... Ridícula.

— Si no vas a ayudar, siéntate del otro lado de la barra — le grito — no dejas caminar a Sean.

Me mira y frunce el ceño. Camina hasta sentarse junto a la chica y siguen platicando.

— Leah — dice Sean sin verme.

— ¿Qué? — le digo sin entender.

— La chica de Matt se llama Leah, ha preguntado por él todos los días.

— Me importa una mierda cómo se llame — le gruño.

Tomo de nuevo las bebidas de la barra y las llevo hasta la mesa del rincón, donde un grupo de chicas bebe y canta muy animadas.

Cuando regreso a la barra ya no está Matt. Y ahora que lo recuerdo, le pedí a mi hermana que viviera.

— ¿Aún no llega Phoebe? — pregunto a Sean.

— No sé.

— Voy a llamarla — camino a mi oficina.

— No, no, ¡espera! No debe tardar — Sean se atraviesa frente a mí.

— Si, solo voy a preguntarle — intento caminar pero Sean vuelve a interponerse.

— ¿Qué haces? ¡Quítate de mi camino!

Me apresuro a mi oficina, ¿por qué mi amigo no quiere que vaya ahí? ¿Qué está pasando?

Abro la puerta de golpe y veo sobre el sofá a dos personas. De espaldas a mí, un chico está sobre una chica. No los reconozco porque el chico tiene el trasero al aire y solo le veo los Jeans azules.

¡Jodido Matt! ¿Por eso no está en la barra? ¡¿Va a tener sexo en mi oficina?!

— ¡Fuera de aquí! Esto no es un hotel — les grito a ambos.

— ¿Sam? — dice la chica.

Cuando el chico se incorpora puedo ver su cabello rojo brillante. Mi estúpida hermana se levanta y se reacomoda la falda.

— ¡Vaya! Ni yo me animaría a eso — dice Matt a mi espalda.

— Cállate Matt, no te metas.

— Lo Sentimos — dice Phoebe mientras salen.

Willis choca las palmas con Matt y sonríen.

— Pensaste que era yo, ¿cierto? — arquea una ceja.

— Claro que no, lo que sea que tú hagas no me interesa — digo molesta.

— Sí, claro — sonríe — ¿segura que no quieres estrenar ese nuevo sofá?

— ¡Idiota! — lo empujo.

Antes de que pueda alejarme de él, me jala del brazo. Apoya su mano en mi nuca y me acerca para poner sus labios sobre los míos.

¿Qué diablos hace? Cuando reacciono pongo mis manos pero su pecho para separarme, pero me sujeta más fuerte y cierra los ojos.

Pasa su brazo por mi cintura pero lo empujo más fuerte hasta que me suelta. Salgo rápido hacia la barra y sigo repartiendo bebidas.

Phoebe ya se encuentra entre las mesas tomandopedidos. Matt se sienta en la barra junto a su amigo y platican con Sean.

Canción en Multimedia:

Foo Fighters - Wheels

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