Like us (HARRY STYLES) [2temp. Ly]

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<Cuando se supone que vas a tener el traje>

<Estamos en eso.>

< ¿Estamos? Apresúrate, ya es miércoles.>

<Estoy con Anna y mamá. Adiós>

Guardo el teléfono cuando entramos en la siguiente tienda. Odiaba el problema  en que nunca podía decidirme por una sola cosa. Al igual que las otras tiendas, mi madre carga con demasiados vestidos mientras Anna me los muestra.

—Este verde es precioso. —dice Anna.

—Me gustaría que cubriéramos lo que está en su hombro. —mi madre le dice a la vendedora y pongo los ojos en blanco.

—Eso realmente no importa. Cualquiera está bien. —sonrío antes de fulminar a mi madre con la mirada.

—Este rojo esta perfecto. Tu tono de piel estará precioso en el. —la señora me muestra un vestido.

Es bonito por tanto asiento con una sonrisa y entro al probador. Cuando estoy lista, salgo y sonrío. Anna pone sus manos en la boca y asiente repetidamente mientras que mi madre sonríe en aprobación. Me doy media vuelta para que ellas puedan ver la parte trasera y yo poder verme en el espejo. Es escotado y ajustado hasta la cintura, el escote va repleto de piedrecillas brillantes y al final es un poco holgado, no tanto. El rojo sin duda me queda bien.

—Creo que vamos a llevar este. —Mi madre dice.

—Te dije que iba a quedarte espectacular.  —la señora me sonríe—. Afortunado el que va a verlo y a llevarlo contigo.

—Es mi mejor amigo.

—Oh bueno. Afortunado es por tener una amiga tan guapa.

—Gracias.  —sonrío incomoda.

Finalmente tras muchos vestidos me decido por el rojo ya que fue el que más me convenció.

Me encuentro con John a dos cuadras y dejo que mi madre y Anna vayan a casa. John me da un beso y sonríe algo cansado.

— ¿Qué pasa? —pregunto cuando pasa sus brazos por mis hombros.

—Ha sido agotador tener que conseguir un nuevo traje y una corbata roja. —dice riendo.

—Por Dios. —Pongo los ojos en blanco—. Nada será peor como pasar toda la mañana en busca de un vestido.

—Puede ser. Por cierto, en literatura hay trabajo en equipo. —dice.

— ¿Y? ¿Eres mi equipo? —pregunto.

—No. Lo es Sam.

— ¿Por qué?  —frunzo el ceño.

—Porque la profesora los organizó. —Se encoge de hombros—. Ah. Por cierto también, quiero que mañana vengas a almorzar y que conozcas a Claudia.