Capítulo 39

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Normalmente el viento era moderado en Hawaii, pero este día, el viento azotaba con fuerza, desde la bahía hasta la isla completa. Los habitantes aseguraban que se debía a la última tormenta que golpearía la isla. Los truenos y relámpagos solo afirmaban lo que todos decían.

Hawaii era una isla paradisíaca donde la mayoría de visitantes organizaban salidas y tardes recreativas, pero aquella madrugada de jueves solo informaba que el día estaría lleno de lluvias. La tormenta que se acercaba había provocado que prohibieran el uso de barcos, lanchas o canoas. El aeropuerto había prohibido los vuelos, provocado una gran cantidad de personas inconformes, pero era mejor tener que soportar esto a correr el riesgo que algún avión sufriera un accidente en el aire.

Las casas en su mayoría se encontraban con las luces apagadas por ser de madrugada. Excepto una donde una pequeña chica veía los rayos caer a la mitad del mar. Sus ojos se cerraban cuando escuchaba el sonido de los truenos provocando que tapara sus oídos.

— Cariño, es hora de que te duermas —Hablo su padre haciendo que ella dejará su lugar en el suelo para ponerse rápido de pie—. Ya son las tres de la mañana y tú aún sigues despierta.

— Me... Me gusta v...ver el a... El mar. —hablo con dificultad haciendo a su padre hacer una mueca—. Mañana no...nos nos vamos y... Y yo quiero co...conocer todo.

— Bueno, lo del viaje dudo que suceda —dijo viendo el reloj marca Casio que adornaba su muñeca—. Marco acaba de llamarme diciendo que los vuelos se han cancelado por la tormenta. Así que no nos iremos aún.

— ¿Entonces cua...cuando nos iremos ? —tomo las manos de su padre con fuerza.

— ¿Te parece si tomamos una vacaciones de un mes solo tú y yo? —Joe mordió su labio inferior intentando ocultar su sonrisa en el momento en que vio a su hija brincar de la emoción. — ¿Eso es un si?.

La chica se detuvo por unos segundos articulando sus palabras para expresarse sin problema.

— ¿Maggie también se que... quedará?.

— Bueno, no lo sé, pero podría llamar a sus padres para preguntarles —Sarah asintió energética abrazando a Joe a su paso.

En ese instante las luces se apagaron dejando a los dos en obscuras. Se vieron entre sí, una mirada divertida y la otra asustadiza por el repentino apagón.

— Papi... —la rubia se vio interrumpida por el sonido del teléfono que había comprado días atrás. Corrió a tomarlo y vio un mensaje en la pantalla.

DESCONOCIDO:

Hola Sarah, soy Karla la amiga de Clare y quiero que vengas a la suite lo más pronto posible. Necesito hablar contigo.

— Karla.

Padre e hija se vieron a los ojos tratando de entender aquel mensaje. Tenía que estar sucediendo algo realmente grave como para que Karla le mandará un mensaje.

— Ve por tu chaqueta —Joe sugirió dando un apretón en el hombro de su hija—. Tenemos que ir.

— Si Papi.

Sarah subió a toda velocidad las gradas buscando su habitación, entro y encontró a Maggie dormida con la boca entre abierta, uno de sus pies estaba fuera de la cama completamente destapado. La chica camino hacia su amiga para subirle el pie que colgaba y la cubrió evitando que sintiera frío. Tomo la chaqueta de cuero que Clare le había regalado unas semanas atrás y la apretó contra su pecho. Cerró sus ojos y extendió la chaqueta para ponerla sobre su cuerpo.

Salió corriendo y con sumo cuidado bajo las gradas, al llegar a la primera planta vio a su padre sin pijama y en su lugar estaba vestido con unos jeans azules y una camisa blanca acompañada de un saco color crema.

Unas Vacaciones De Locura. [CAMREN]Where stories live. Discover now