03: DESAPARICIONES

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—Doyoung, ¿cómo te trata el día?

—¿Hmmm? —el pelinegro volteó la mirada del ordenador hacia la persona que se había puesto a su lado repentinamente y ligeramente se echó para atrás en su silla giratoria, apartándose un poco de la mesa para ver al otro hombre de frente—. Oh, hola, ¿qué tal? Me va bien, supongo, aunque tengo mucho trabajo.

Taeil asintió lentamente y repetidas veces.

—¿Y a ti? ¿Cómo te trata el día, Taeil? —preguntó curioso al de cabello rojizo.

Le agradaba Moon Taeil, le parecía un compañero muy trabajador y contaba con un historial impecable en la empresa, en múltiples ocasiones le habían otorgado el título del "Empleado del mes". Sí, le caía bastante bien, pero, a decir verdad, le parecía extraño verlo merodeando a su alrededor. Después de todo, Doyoung, a pesar de estar trabajando en la empresa durante 6 meses, seguía siendo un poco tímido y antisocial con los demás... exceptuando a Jungwoo, quien no había llegado al trabajo ni hoy ni el día anterior, por cierto. Hoy era 22 de diciembre.

Doyoung recordó las palabras del castaño, cuando ambos habían estado juntos en su departamento hace ya una semana. Jungwoo había dicho que faltaría durante estos días por cuestiones familiares.

Ni modo, la Navidad tendría que pasar para poder verlo de nuevo.

—Ha sido un día muy productivo, pero gracias a Dios ya terminé mi trabajo —el pelirrojo habló con orgullo, mostrando una reluciente sonrisa en el rostro.

—Qué bien —Doyoung dijo en una media sonrisa antes de aclarar su garganta—. Y... ¿qué es lo que te trae a mi cubículo? ¿No querrás algo, no sé, como un favor? No solemos cruzar muchas palabras durante el trabajo, ni después...

El pelirrojo rio con suavidad. —No se trata de ningún favor. Sé que no hablamos, es por eso que pensé en venir a saludarte, porque creo fielmente que no hace daño mantener una relación amena con tus compañeros de trabajo. Y recién me di cuenta que tú y yo no tenemos ni siquiera una relación de compañeros —Doyoung levantó una ceja ante eso.

—¿Sugieres que hablemos más seguido entonces?

—Sí, exacto. Bueno, tal vez no tan seguido, tampoco quiero distraerte de tu trabajo, pero lo suficiente como para no parecer completos desconocidos, ¿sabes? —Taeil comentó alegre—. Aunque te llevas muy bien con el alto, ¿verdad?

Doyoung alzó las cejas sorprendido ante la mención de Jungwoo y asintió intentando suprimir la sonrisa que delataría su estado enamorado.

—Me alegra, al menos tienes una amistad en quien apoyarte en este trabajo. Jungwoo es realmente dulce, no me sorprende que se haya hecho amigo tuyo en tan poco tiempo —el de cabello rojizo se quedó en silencio por unos pocos segundos, lucía como si estuviera navegando entre sus memorias—. Dato curioso, cuando llegó a este lugar me pareció alguien extraño, tenía esos aires de misterio que no había visto en nadie más.

—¿Ah, sí? —Doyoung frunció un poco el ceño luego de aquello.

Taeil se encogió de hombros, restándole importancia al asunto. —Sólo lo vi de ese modo, pero nada que ver. Como dije antes, Jungwoo es una persona muy dulce.

Doyoung no pudo estar más de acuerdo.

Eso era muy cierto. Jungwoo era lindo con todo el mundo, incluyéndolo a él. Aunque, a la hora del sexo se volvía toda una zorrita, eso también. Pero a Doyoung le fascinaba de cualquier modo, en cualquier faceta que se mostrara ante él.

Kim Jungwoo era su perdición.

En ese momento, una voz conocida se escuchó desde el otro lado del lugar.

Antítesis ᵈᵒʷᵒᵒWhere stories live. Discover now