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—Espera, ¿qué? ¿cómo llegaste a caer en eso?—JiMin susurró perplejo.

Estaban en medio de un ejercicio que la cátedra dejó después de explicar el tema, pero creo que no hace falta decir que ambos (como la mayoría de los demás) preferían ponerse al día antes de romperse la cabeza con un idioma que apenas y entienden algo.

—Sólo quiero demostrarle a YoonGi hyung lo equivocado que está—quejumbroso hizo garabatos en una esquina de su libro.

El pelinaranja resopló; claro, meterse con el "trabajo" de Kim TaeHyung implica ver al autor disgustado y dándote mil razones para creer en él. Si tan sólo ignorara los comentarios la vida le sería más sencilla.

Ahora Park no puede creer que vaya a ser cómplice de tal bobada; puso los ojos en blanco y suspiró—. Tae, tienes problemas con esta materia... ¿por qué no simplemente le pides ayuda y aprovechas el tiempo que estén juntos?

Eso supondría un grandísimo esfuerzo para sostener una conversación, o al menos el intercambio de un par de frases, pero sí. Park JiMin tenía razón, puede aprovecharse de su propia desgracia y obtener más tiempo con Kim NamJoon.

Al mal tiempo, buena cara.

—Buena idea, JiMinie—halagó—, pero no sé cómo acercarme a él sin verme como estúpido.

Irónico. La confianza y el ser él mismo es una base fuerte en su lista de diez pasos y tiene miedo a verse estúpido al plantarse frente a NamJoon.

—Sólo tienes que ir y preguntarle si te puede ayudar—el tono de obviedad  le hizo chasquear la lengua con enojo.

—Lo dices como si fuera fácil.

—Oye, no soy yo el que se metió a sí mismo en un lío.

¿Para qué se esforzaba tanto? Tal vez Min YoonGi tenía razón y lo que escribió es ridículo y de poca credibilidad. Debió pensarse dos veces las cosas antes de hablar, por Dios.

Espera, ¿en serio está planteándose quedar en la derrota?

"Ese no soy yo"

TaeHyung frunció los labios y una arruga de concentración apareció en su frente. Por favor... él es el creador de, como dice Min YoonGi, toda esa mierda. Si se trata de confianza, por supuesto que la tiene y que la utilizará para ser él mismo.

No va a permitir que Min YoonGi tenga razón o que Kim NamJoon le haga temblar de los nervios por lo sumamente extraño que es.

JiMin sonrió ladino cuando TaeHyung decidió pararse y caminar hasta el pupitre de Kim NamJoon, que quedaba a tan sólo un par de filas delante de ellos.

—NamJoon hyung—intentó que su voz no saliera temblorosa felicitándose mentalmente por haber logrado su misión.

El azabache despegó su vista del libro con curiosidad; la voz del cabellos caramelo se le hacía más reconocible, pues el intento fallido de este en querer sacarle conversación lo dejó picado. Al tratarse de él, de Kim NamJoon, no era normal que las personas se le acercaran así porque sí; claro que nunca faltaba la muestra de educación, pero no es que fuera muy solicitado entre los alumnos. 

O es que sólo tal vez estaba un poco feliz porque alguien quería hablar con él.

—¿Puedo sentarme?—el menor señaló el lado continuo.

—Puedes—NamJoon apartó su mochila y algunas de sus cosas que estaban en la mesa para darle espacio a colocar sus materiales. El salón se vio en la necesidad de mirar hacia ellos con interés y asombro.

TaeHyung tomó lugar y abrió su libro en la página que correspondía la clase; jugó con los mechones de su cabello y suspiró viendo por el rabillo del ojo a su nuevo compañero de escritorio.

Oh... sus hoyuelos aparecen cuando está muy concentrado en algo.

De pronto, la derecha del moreno se detuvo a media frase que escribía—. ¿Necesitas ayuda?—preguntó en voz baja ajustándose las gafas de montura.

El Kim menor se giró a ver a los demás alumnos y de inmediato regresaron a sus propios asuntos—. ¿A-ayuda?

NamJoon le miró curioso y atento—. Tu última tarea...

El castaño golpeó su frente con vergüenza. Sí, no llegó a pensar que irían a tocar ese tema jamás. El Kim mayor pegó los labios en línea recta conteniendo una pequeña sonrisa. Los hoyuelos volvieron a aparecer.

—Ah, sí...—dijo rascando su cabeza—, que vergüenza—susurró para sí mismo evitando ver a NamJoon.

El moreno por fin le sonrió.

—De hecho, hyung...—empezó Tae en medio de un susurro haciendo que el mayor prestara atención que nunca había dado a nada más que a libros, clases y de vez en cuando a sus padres.

—Apreciaría tu ayuda.

—Wow—fue lo primero que dijo JiMin cuando abandonaron el salón de idioma extranjero

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—Wow—fue lo primero que dijo JiMin cuando abandonaron el salón de idioma extranjero.

—¿Por qué estás tan sorprendido?—TaeHyung apretó su bolsa contra el pecho viendo como algunos de los que compartían la clase le miraban como si fuera un bicho raro, teniendo en cuenta que ya era popular con lo de sus listas; el sentimiento era nuevo.

—TaeHyungnie, nadie había compartido tanto tiempo con NamJoon hyung. Muchos se le acercan sólo para pedir ayuda e irse, pero tú te quedaste la clase entera con él—explicó como si fuera la gran hazaña.

El castaño bufó sin darle mucha importancia. Kim NamJoon pasó de ser muy extraño a medio extraño y de poco accesible a casi accesible. Eso era un avance para TaeHyung, sin embargo no lograba que dijera más de tres palabras.

De cierta manera le exasperaba un poco, pero ya verá su hyung demasiado callado, medio extraño y casi accesible... Kim TaeHyung no sólo tenía que conseguir una cita con él, sino que también siente la necesidad de querer saber más de él y escuchar más de su voz.

Ahora se sentía más determinado y fue gracias a NamJoon, quién lo diría.

—Ya sé porqué dicen que juzgar a primera vista es malo—dijo pensativo el castaño—, no es como dicen los demás, JiMinie. Puede que sea callado, pero no es el tipo de caerte mal. Sólo necesita ayuda.

"Y yo lo quiero ayudar"

How to have a date in 10 stepsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora