08

866 188 20
                                    

—No puede ser—YoonGi miró sorprendido a NamJoon que se perdía entre los demás estudiantes—, ¿viste? ¿acaba de saludarte? te sonrió...—entrecerró los ojos con sospecha.

Decir que Min estaba sorprendido era poco. Quizá pasmado vendría siendo lo correcto, pero la cara de embobado que tenía no se la quitaba nadie. Desde lo de la biblioteca las sonrisas y los saludos en el pasillo se desbloquearon como si hubiese pasado de nivel en uno de esos juegos que tanto le gustaban.

—Te dije que no te sorprendieras si me mirabas con él—se hizo el interesado. 

YoonGi se puso frente a él y lo detuvo en medio del corredor haciendo de obstáculo para el resto de adolescentes que circulaban—. ¿Hablabas en serio cuando lo dijiste?—la incredulidad brillaba en sus ojos, parecía tan serio que la arruga en la frente de Tae no tardó en aparecer.

—Por supuesto que sí, ¿por qué reaccionas así?

El mayor le miró en silencio por un momento y suspiró—. Por nada, sólo que de verdad no había visto a Kim NamJoon sonreírle a alguien—continuaron con la caminata.

Y no era una mentira del todo, se le hacía algo preocupante.

"Esto es por su bien" se repitió el pelinegro para sí mismo.

—Es agradable—le restó importancia.

YoonGi elevó una ceja curioso—. ¿Agradable? Hasta donde yo sabía, NamJoon te daba miedo.

—Sí, bueno...—se rascó la cabeza y sonrió con pena—. Mi miedo se convirtió en intriga.

Sólo demostraba educación cuando era necesario hablar y otras veces que se topaban ni siquiera se miraban; no había ni por asomo algún pequeño interés que los pusiera en sintonía. Su temor infundado tal vez se debía al aspecto grandote, callado y misterioso que emanaba NamJoon en donde sea que estuviera. Y ahora que llevaba más tiempo poniéndole atención no se sentía aburrido o en todo caso, con miedo.

—Intriga—repitió el pelinegro analizando la palabra.

—Ey...—Tae le vio curioso—. ¿Como por qué tanta curiosidad? Tú mismo diste el nombre—reprochó, ahora presentía que su amigo le estaba escondiendo algo.

—No es nada, Tae. Ya te lo dije, me sorprende lo que has logrado.

—¿Porque no me crees capaz o porque hablamos de Kim NamJoon?—la arruga en su frente reapareció.

YoonGi suspiró y rodó los ojos en signo de frustración—. Es por Kim NamJoon, ¿bien? Pero ya—el pelinegro se detuvo frente al salón que le tocaba—, hablemos de eso después, quiero saber si irás a la fiesta de SeokJin.

Ah, otra fiesta de Kim SeokJin. Seguramente sus padres se desaparecerán por otra semana debido a los negocios que conllevan la total presencia de los dueños. Le dejarán el camino libre al muchacho más guapo del colegio y este no dudaría en aprovecharse de la ausencia de sus progenitores.

—No sé...—se masajeó el cuello vacilando—, no me apetece mucho salir hoy, planeaba quedarme toda la noche en Overwatch, o dormir tal vez...

—Vamos, deja de divagar. Sal a divertirte; además las fiestas en casa de Jin nunca han decepcionado.

Hay que darle crédito. La "sana" diversión en las fiestas de Kim SeokJin eran las que más público estudiantil atraía; de todas las personas en la escuela que eran anfitriones, Jin siempre ha sido el mejor.

El problema no es ese en realidad.

Min YoonGi es el verdadero problema. Si tan sólo no lo dejase solo en la mayoría de esas ocasiones con gusto aceptaría, pero el tipo se desaparece tras encontrar a alguien que le guste y el pobre TaeHyung debe de quedarse en una esquinita con la parejita de labios aguados a un lado de él.

How to have a date in 10 stepsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora