Capítulo 7: el legado de una familia.

33 3 0
                                    

Alexander no dejaba de dar vueltas en el club. No estaba nervioso, se decía a sí mismo, estaba impaciente. Todos estaban reunidos en el club que llevaba cerrado desde la muerte de Liosha y no iba a abrir hasta que la situación se esclareciera. El abogado había acudido también para hacer constar que los bienes legítimos de Liosha iban a ser entregados a Roxana y a su hijo Dimitri.

Esther también había acudido y tenía en sus brazos a un Dimitri dormido.

-¿Cuándo piensa aparecer esta mujer? Tengo a mi hijo dormido en mis brazos- se quejó Esther

Alexander le dedicó una mala mirada y siguió con su paseo. Roxana llegó poco después seguida por David. Llevaba puesto una camisa de seda blanca, unos pantalones ajustados negros, un abrigo negro y botas de tacón.

-Buenas noches, siento la demora.

Alexander detuvo su paseo y suspiró aliviado. David le acercó una silla y Roxana y ella tomó asiento.

-Gracias David- le dijo dedicándole una sonrisa.

- Ahora que ya estamos todos comencemos la reunión. Monsieur Lombard empiece usted- dijo Alexander.

Claude Lombard era el abogado de la familia. Era un hombre mayor, de unos cincuenta años, cabello platinado y largo peinado hacia atrás, ojos claros escondidos tras unas gafas de montura dorada, una piel blanca y con algunas leves arrugas y una cara delgada. Vestía siempre con un trajes de tres piezas de diseño. Claude sacó de su maletín unos papales, se aclaró la garganta y se subió las gafas un poco sobre el puente de la nariz.

-Según la última voluntad de Liosha todos sus bienes legítimos y el cincuenta por ciento del dinero presente en su cuenta corriente actual pasan a ser de su hermana Roxana Lavrova- comenzó a leer -Y cuando su hijo Dimitri Lavrov cumpla la mayoría de edad recibirá el otro cincuenta por ciento y pasará a su nombre la tienda. Dentro de los bienes legítimos Roxana se queda con la totalidad del club que el Monsieur Lavrov les dejó en herencia a sus dos hijos, el almacén y el coche.

-¿Y los bienes ilegítimos?

Todos miraron a Esther.

-Los negocios ilegítimos quedan bajo el mando de Roxana si es lo que ella desea- dijo Claude.

-Eso no es justo, mi hijo es el que debería heredar dichos negocios- protestó Esther.

-Estos negocios pertenecían a mi padre antes de pertenecer a Liosha, así que yo también tengo derechos sobre dichos negocios y yo diría más que tu hijo.

Esther se acercó a Roxana hasta quedar a uno metro de ella.

-No creo que tu estés hecha para manejar dichos negocios querida.

Roxana se levantó de su silla y acortó las distancias.

-Tú no sabes nada de mí.

Esther dibujó en su rostro una sonrisa cínica.

-Sé lo suficiente como para saber que no estás hecha para cuidar de los negocios sobre los que mi hijo tiene derecho.

Roxana dirigió su mirada hacia el niño que dormía en los brazos de Esther. Éste dormía plácidamente inconsciente de todo lo que estaba sucediendo a su alrededor. Roxana sintió envidia ya que quería estar en su lugar, no saber nada sobre todo esto.

-¿Y tú estás hecha para ello?- le preguntó Roxana.

-Claro que sí.

-Si de verdad quisieras a tu hijo, buscarías alejarte de todo esto lo antes posible.

Drogas, Amor y otros viciosHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin