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"¿Y si nada de todo esto hubiera ocurrido, te hubieras ido igualmente?"

El coche de Jaehyun se estacionó justo en frente de mi casa. Me bajé de este mismo con el ceño fruncido, confundida. ¿Qué hacíamos en mi casa?

Agarré la mano de Jaehyun y de un tirón leve conseguí que pusiera su mirada en mí.

- ¿Por qué estamos aquí? - pregunté.

- Para que te cambies de ropa - sonrió, haciendo notable sus adorables hoyuelos - a no ser que quieras ir cubierta de chocolate, claro

Rodé los ojos mientras adelantaba al trío de chicos y posicionaba mis llaves en la cerradura de mi puerta. En menos de tres vueltas de mi muñeca sobre las llaves, los chicos ya se encontraban detrás de mí.

Nada más abrir esta misma, todos dejamos nuestros zapatos en la entrada, mientras que Yuta y Jaehyun se tiraban en el sillón de la sala.

Veía como Yuta hacia presión sobre la cabeza de Jaehyun, mientras que este alargaba su brazo con el mando del televisor en esta. Unos se pelean con el batido de chocolate, mientras que otros se pelean por el mando de la televisión. ¿Quién era más inmaduro que quién?

Observé luego como Jae empujaba a Yuta de encima suyo para más tarde cederle el mando del televisor.

Jaehyun se levantó y entró en la cocina, pasados cinco segundos de reloj salía de esta misma con bebidas y todo tipo de bolsas de comida.

Al cruzar miradas me guiñó un ojo, para más tarde desplomarse en el sillón. Oía otra vez como se volvían a pelear por los canales que portaba la televisión.

Rodé los ojos, y ahí fue cuando di cuenta de la presencia del tercer chico, el cuál estaba parado en la entrada a un lado de mí, incómodo.

- Como puedes ver Taeyong, - le puse una mano en su hombro - estás en tu casa - le sonreí leve, mientras este me la devolvía y se iba con su par de amigos.

Giré y subí las escaleras rumbo a mi habitación, notaba ya toda mi piel pegajosa a causa del batido impregnado en esta. De tan solo imaginarme a Doyoung o Ahn quejándose mientras se quitan los restos del batido de sus pomposos cabellos, me entra la risa.

Una vez arriba, tiré todas mis pertenencias sobre la mesita que se encontraba al lado de mi cama. Después abrí mi armario y me dispuse a mirar qué ropa iba a sacar para ponerme más tarde.

Unos golpecitos rítmicos en la puerta me obligaron a sacar mi cabeza del armario, y darme la vuelta.

Jaehyun me miraba con una sonrisa, mientras se recargaba en la puerta de la habitación. Sin ninguna palabra, se fue acercando lentamente hacia mí, mientras que nuestros ojos nunca perdían el contacto. Eran como dos imanes, que cada vez que hacían un mínimo contacto, utilizaban toda la fuerza necesaria para estar cerca, muy cerca.

Jaehyun llegó a donde me encontraba yo parada, alargó sus manos y las dirigió hacia mis brazos. Los elevó hacia arriba y me hizo cruzarlos detrás de su cabeza, en su cuello. Tuve que ponerme de puntillas, mientras que mis manos en esta posición jugaban con su pelo castaño.

Sus manos viajaron hacia mi cintura, mientras juntaba nuestras frentes lo más rápido posible. Juntó nuestros labios, y por más que las veces fueran infinitas, me seguía gustando la manera que tenía Jaehyun de besar, o incluso sus labios. No quería perder tiempo, pero tampoco se tomaba prisa alguna, hacia que ambos nos fundiéramos en los brazos del otro, mientras que nuestros labios apenas se movían. Tan dulce.

Sus labios fueron los primeros en separarse, haciendo que yo abriera los ojos para encontrarme con los suyos.

- Tan solo vine para decirte que te invitamos a comer, - dijo mientras sonreía - pero al parecer siempre que intento hacer una cosa contigo, termino de alguna u otra forma en el mismo lugar, - posó la yema de su dedo índice en mi labio - aquí - dejó caer su dedo.

Empı́reo↬☾N. Yuta☽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora