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Pov Camila.

Nos quedamos dentro de la piscina un par de minutos más mientras la respiración de ambas se normalizaba. Era increíble lo mucho que significaba este silencio para mí. Con delicadeza subió mi traje de baño de nuevo y le dediqué una sonrisa. Sus mejillas no habían recuperado el color natural, se mantenían rojizas, ardientes, vivas. Acaricié su rostro y fui dejando un par de besos hasta llegar a sus labios, donde posé los míos y nació un nuevo beso, besarla era como tocar el cielo para mí, no quería jamás dejar de hacerlo. No quería jamás dejarla. Mi mente no lograba organizar ningún pensamiento, solo había uno constante: me había hecho suya, había sido de ella. Era de ella. Mi sonrisa aparecía cada segundo, ella la correspondía. Observé su expresión, cálida, calmada, sus labios más carnosos de lo normal, la sonrisa que se escapaba de ellos, me encantaba. Mi mirada se quedó fija en la piel de su cuello donde había un par de marcas rojizas, mis mejillas volvieron a arder, la había marcado. Atrape mi labio inferior entre mis dientes y rocé la yema de mis dedos sobre aquellos chupetones, viendo como las gotas de agua se deslizaban por sus hombros, fue inevitable soltar una risa al hacerlo y ella levantó una ceja. Ninguna habló.

Seguí mi mirada por su cuerpo un par de segundos más, acariciaba sus hombros, jalaba los tirantes de aquel brassier negro que aún cargaba, continuaba hacia su espalda, dibujando figuras imaginarias hasta llegar a su zona lumbar, apreté su cuerpo al mío y un suspiro mutuo se escabulló de nuestro ser. Lauren Jáuregui era hermosa, y era mía.

Después de unos minutos, decidimos salir de la alberca, Lauren me rodeó con la toalla y ambas entramos a la casa, ahí estaba Rosy, observándonos con una ceja levantada y cara sorprendida, Lauren cambió su expresión y me miró avergonzada, yo simplemente negué con la cabeza y me acerqué a ella para darle un corto beso.

—¿Se te ofrece algo? —Le pregunté a la chica uniformada en blanco y azul, ella simplemente negó con la cabeza y se marchó casi corriendo hacía la cocina.

Volteé los ojos y volví a centrar mi atención en Lauren, la cual continuaba con aquel gesto incómodo y mirada baja, solté una leve risa y tomé su mano para subir las escaleras hasta llegar a mi habitación, cerré la puerta y dejé caer la toalla en el suelo. Ella caminó hacía el balcón y observó nuevamente la vista desde él. Mi vista era genial, y no hablaba del paisaje. De mi peinadora tome un cepillo para el cabello y comencé a desenredarlo, aunque aún debía sacar el cloro, no podía permanecer con ese desastre así.

—¿Camila?— Su voz interrumpió mis pensamientos haciendo que automáticamente fijara mi mirada en ella. —¿No crees que nos hayan escuchado ahí abajo?

—Probablemente. —Dije sin darle mucha importancia. Sabía que cuando papá y mamá no estaban en la casa los "ojos y oídos" del lugar eran el personal de la misma, en especial Rosy, nada se le escapaba, por suerte papá siempre sabía hasta dónde recibir información.

—¿Y no te preocupa? La chica ésta parecía bastante molesta... O incómoda, no lo sé, me aterra el hecho que tus padres tengan una mala imagen de mí... —Se encogió de hombros y dejé el peine sobre el mueble para acercarme a ella y posar mis brazos alrededor de su estupendo cuerpo.

—Cielo, Rosy ha estado en esta casa hace dos años aproximadamente, mis padres la adoran, por mi parte podría pasarle un automóvil por encima y no me importaría en lo más mínimo, pero se supone que es quien está pendiente de todo este desastre cuando ellos no están, quizá su rostro era por esto... — Señalé las marcas en su cuello para molestarle un poco y hacer que cambiara aquel gesto asustado. Sonrió divertida y negó con la cabeza.—Amor, ella es una loca cristiana defensora que el hombre fue hecho para la mujer, la mujer para el hombre y lo que no sea así "está mal", así que no me sorprende esos gestos, incluso cuando traigo amigas me mira así... Sin embargo, nada de lo que ella pueda llegar a decir, que me aseguraré bien que no sea demasiado, hará que tu imagen cambie. Además, mis padres no le dan mucha importancia a chismes, solo quieren saber si yo estoy aquí y si no he tirado la casa abajo. — Finalice con una risita y dejé un beso en aquel beso fruncido.

You Are My Everything (Camren)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang