Los Malfoy

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Hermione se encontraba nerviosa, en un par de horas iría a la mansión de los Malfoy por invitación de Draco. Hacia un par de días que había enviado a Draco la respuesta respecto a la reacción de sus padres y la invitación del almuerzo de año Nuevo. Él había aceptado y por su parte le había contestaba que sus padres no habían reaccionado tan atrozmente como esperaba. Narcissa se había alegrado y era la responsable de que Hermione pasara las Navidades con ellos. Lucius por otro lado se negaba a ver a la chica como algo permanente en la vida de su hijo, teniendo la esperanza de que se tratara de un capricho de juventud. Sin embargo Draco le aseguraba que eso no ocurriría, y que nadie ni nada podría separarlos.

Así que Hermione se encontraba vestida con un precioso vestido corinto largo de hombros descubiertos, con su cabello perfectamente peinado en un recogido y con su usual bolso. Sus padres por su parte se encontraban pasando las fiestas en casa de un buen colega , el cual daba fiestas particularmente aburridas para Hermione, pero que sus padres disfrutaban. Hermione estuvo resignada a pasar las vacaciones con ellos de no ser por la invitación de Draco, le había costado un tanto convencer a sus padres pero al fin lo había logrado. Ahora solo esperaba que marcara la hora para irse.

Por su parte Draco corría de un lado a otro siguiendo las instrucciones de su madre: "Draco coloca bien esas flores" "Arregla bien ese mantel, Teddy acaba de jalarlo" "Pon más leña en la chimenea" "¿Tienes listo el regalo de Hermione" y "Pégale un ojo a Tedd para que no quite las esferas del árbol". Su padre estaba encerrado en su despacho ya vestido esperando que Narcissa le avisara cuando bajar. En un principio el señor Malfoy se había negado rotundamente pero con un par de palabras y una que otra lagrima por parte de su esposa había accedido a participar de la cena Navideña.

Cuando ya todo estuvo listo Narcissa y Andrómeda subieron para arreglarse, dejando a Teddy y a Draco quienes ya estaban listos desde hace un rato en el salón junto a la chimenea. Draco vestía un elegante traje por completo negro con su cabello peinado hacia atrás sin goma lo que dejaba que cayeran uno mechones largos a un lado. Teddy en cambio estaba con un pantalón de vestir gris y una camisa cuadriculada blanca y azul. Draco correteaba a Teddy cuando escucho que tocaban la puerta, alzo a Teddy de una vez en sus brazos y se dirigió a abrir la puerta.

Cuando Draco abrió la puerta no pudo más que sonreír gigantemente, ahí estaba ella totalmente despampanante y endemoniadamente sexy con ese vestido que lo invitaba a querer besar esos hombros y cuello. Hermione inmediatamente se alzó sobre el cuello de su novio y lo abrazo. La escena era muy tierna con Draco, Hermione y Teddy abrazados.

-Te extrañe-le susurro lo chica antes de separarse.

-Yo también- le respondió Draco acercándose para darle un corto beso en los labios.

-Hola Teddy- dijo Hermione extendiendo sus brazos para tomar a Teddy. -¿Cómo se ha comportado Draco?

-Si pudiera hablar perfectamente te diría que igual que un ángel.

-Aja-le miro Hermione fugazmente para volver a enfocarse en Teddy.

-Hermione, estás preciosa por cierto.- esto hizo que la chica se sonrojara ligeramente.

Lo miro un poco avergonzada y le contesto. –No es algo que use comúnmente pero me pareció idóneo para una cena con tú familia, espero que les agrade. Tú también luces muy hermoso está noche.

-¿Hermoso?- le contestó Draco confundido, no estaba seguro que ese sea un adjetivo de acuerdo para un chico. O qué fuera dramáticamente correcto.

-Sí, y no discutas eso conmigo. Eres hermoso-sentenció Hermione. Draco le dirigió una mirada llena de socarronería.

-Como tú digas.

En ese momento venia Narcissa bajando las escaleras para acercarse a las pareja.

Estoy contigoWhere stories live. Discover now