|Capitulo 7|

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Capítulo 7

—El último partido es increíble, ¿no?

Irina, se encontraba a mi lado y había hecho la pregunta más estúpida que había escuchado en todo el día. Estaba sentada en una de las banquetas de la cancha de nuestro instituto, tenía un batido de chocolate entre las manos, y una cara de molestia que le advertía a cualquiera que no se me acercara. Irina, al parecer no había visto mi cara, porque se había sentado a mi lado y no dejaba de parlotear sobre lo increíble que era, que los chicos del equipo decidieran hacer un torneo por la semana de fundación del instituto, además, era el último partido que ellos harían antes de que todos nos fuéramos a alguna universidad.

—Mmm —le respondí masticando la pajilla del batido. Irina chilló con emoción a mi lado. Me giré a verla. Tenía el cabello rubio, le llegaba hasta los hombros y se veía que ese cabello era natural. Tenía los ojos verdes más claros que había visto alguna vez, unas pecas chiquitas que le rodeaban las dos mejillas dándole un aire aniñado que sabía ella odiaba.

—No te vi anoche por ningún lado —ella comentó de pronto. Me le quedé viendo con pasmo, como si con solo saber que no estuviera en su casa, Irina supiese donde estuve, con quien y que estuve haciendo. Ella soltó una risa contagiosa y después añadió, —seguro te aburriste o algo así, ¿no?

Parpadeé y asentí varias veces con la cabeza. Solté la pajilla del batido, y trague fuerte cuando recordé la noche anterior. Como había iniciado y como había terminado. Como simplemente nosotros nos dejamos llevar, como nos olvidamos de todo el maldito mundo.

—Sí, me aburrí y volví a mi casa temprano —le respondí. Ella asintió entendiendo mis palabras. Miró hacia el frente y luego me respondió:

—Celebraremos el triunfo del equipo en mi casa esta noche —ella me dijo, muy segura de que el equipo de nuestro instituto ganaría aquel partido, —mis papás están de viaje, así que estoy haciendo fiestas allá.

Por supuesto. Le sonreí.

—Gracias por invitarme.

De nuevo, cuando termine de hablar recordé lo de anoche. Nunca en la vida me hubiese imaginado que Owen y yo terminaríamos en eso. Es decir, siempre fuimos buenos compañeros, hasta el día de ayer nunca habíamos estado en ningún lugar solo nosotros dos. Y anoche...solo fue agradable y liberador como él mismo había dicho. Fue liberador lo que hicimos, y se sintió bien.

Realmente no me arrepentía. Y cómo Owen y yo habíamos acordado no había significado nada más que simple placer mutuo.

Irina dijo algo más que no escuché porque justo en el momento que sus labios se abrieron, por una esquina salieron los chicos del equipo del instituto y de otra esquina salieron los invitados que competirían con ellos.

Uno de nuestros profesores los anunció, dijo las palabras de bienvenida a la semana de fundación del instituto y nos recordó que mañana, tendríamos una charla en el salón de recreaciones. Todo el mundo gritó como loco cuando él finalmente le dio inicio al juego.

La verdad yo no entendía nada de eso, así que solo me hundí en mi asiento, saqué mi celular y comencé a leer en wattpad. Tenía unas cuantas historias comenzadas, y la verdad no usaba mucho la plataforma, pero era la única que me acompañaba en momentos aburridos como aquel.

Solté un bostezo y deslicé mi dedo a medida que leía. Irina no había vuelto a hablar y lo agradecía. No me apetecía formar una conversación con alguien que no me parecía interesante en lo absoluto. Mientras deslizaba mi celular vibró alertándome la entrada de un nuevo mensaje. Era Adela.

«Adela Grace:
Si llegas antes que yo a la casa dile a mamá que en el instituto me necesitaban. Te quiero„

Rebusque entre la multitud buscando su cabellera rubia y rizada. Pero no la encontré por ningún lado, cosa que me hizo arrugar las cejas. Le escribí una rápida respuesta.

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