Capítulo 10
—Quédate quieta, —me reprendió la chica del maquillaje. Rodé los ojos y la mandé a la mierda en un susurro. Adela a mi lado no dejaba de reírse y de grabarme con su celular.
—Deja de grabarme, —le ordené, molesta, —esto no es gracioso.
Adela soltó una risa que todos en el lugar escucharon. Varios giraron la cabeza hacia nosotros y nos miraron con rareza. Para ellos hacer este tipo de cosas eran normales porque pertenecían al grupo de teatro del instituto, pero para mí, una chica que no bailaba siquiera, era una cosa diferente. Había accedido a participar en la obra de teatro porque la directora me había asegurado que me aprobarían Física, materia que por mi propia cuenta iba a reprobar. Y no necesitaba perder una materia como esa en el último año.
Y tomando en cuenta que nadie quería el personaje, fui la única valiente que se atrevió. Bueno, digamos que ser un conejo rojo en una obra no era algo muy gracioso. Y muchísimo menos el disfraz y el maquillaje.
Recordé lo último que Jason me dijo la noche anterior y solo me quejé internamente. ¿Por qué me pasaban esas cosas?
—Todo por aprobar Física, —canturreó Adela todavía grabando mi transformación, por un momento creí que solo era un video inocente, pero cuando ella comenzó a hablar y a responder preguntas quise que la tierra me tragara porque lo que la maldita hacía era un en vivo en su cuenta de Instagram.
—Deja de grabarme, —gruñí, rodé los ojos cuando la chica del maquillaje me movió de golpe para que dejara de mover la cabeza, —maldita sea, Adela.
—Te ves muy linda, —ella me dijo como si eso me tranquilizaría, quise levantarme de esa silla y comérmela viva por hacerme pasar esa vergüenza, quería comerme viva a la directora también por darme un papel tan patético como el de un estúpido conejo que a final de cuentas no sabía que aporte hacía. Según lo que había escuchado la obra era: «Alicia en el país de las maravillas», pero que el jodido conejo era blanco, no rojo. Pero por supuesto que los creativos del instituto quisieron modificarlo y hacerlo a su manera.
—Vete a la mierda.
Ella soltó otra risa como si no pudiese aguantarse y luego se quedó callada. Me giré de golpe sin importarme las quejas de la mujer. Miré como Adela trataba de reprimir la risa y después campante ella le dijo al teléfono:
—Hola lindo Jason.
Y justo en ese momento quise que la tierra me tragara de una maldita vez por todas. Me sentía tan llena de vergüenza que solo me giré de nuevo y me quedé viéndome en el espejo mientras la mujer terminaba su trabajo. Apreté los labios y me crucé de brazos.
Me veía ridícula con el ceño fruncido y maquillado. Joder, que quería salir corriendo y olvidarme de Física. ¿Por qué mierda no me preocupé por esa materia antes?
Escuché como Adela decía que debía ir a recibir las boletas, se despidió de mí y me lanzó un beso que ignore. La chica del maquillaje me avisó que había terminado, me dio una última mirada y luego me tendió el traje con cara de que yo no le caía bien.
«El sentimiento es mutuo, maldita perra»
Cuando ella salió del pequeño camerino me di cuenta de que los demás también se habían ido. Mi celular vibró y era un mensaje de alguien que no tenía agendado pero me decía que la obra comenzaba en diez minutos. Resople con fastidio y me miré en el espejo. Me veía ridícula. Tan ridícula.
Cerré los ojos y me ordené bajarla unas cuantas rayas a la rabia que sentía por dentro, porque eso era solo un papel, y nada más.
—No te ves tan mal, ¿sabes? —dijo una voz espantándome. Abrí de golpe los ojos y miré a Owen mal a través del espejo. Él me dio una mirada divertida antes de avanzar unos cuantos pasos hacia mí, me miró por unos segundos y no pareció querer reírse de lo patética que me veía, solo agregó: —te ves incluso tierna.
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Impulsos ©️✔️
Teen FictionImpulsivos #1. [Completa] Jason Rosarte se veía como el prototipo perfecto de chico misterioso y desinteresado. Ese que enganchaba a la primera, y aun cuando habían miles de razones para que no, a Alice Grace le gustaba. Le gustaba muchísimo. Jaso...