Cap. 7| "No estamos ebrios como la otra vez "

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El camino hasta el departamento de Owen fue en silencio. De vez en cuando veía por el rabillo del ojo que Owen me miraba y sonreía.
Saqué mi celular de mi bolso y envíe un mensaje al grupo que tenía con Meredith y Maggie:
Lady Chief Trifecta
Yo: Las odio.
Meredith: Mañana lo agradecerás ;)
Maggie: Enjoy sistaaaaa <3
Sonreí al leer los mensajes, Meredith y Maggie eran lo mejor. Y por mucho que las detesté por lanzarme contra Owen sé que lo hicieron para verme feliz por un rato.
-¿Está todo bien? -preguntó Owen al verme sonreír.
-Mis hermanas me están haciendo reír -respondí.
Llegamos al edificio donde Owen vivía, se veía muy lujoso e iluminado. Debimos tomar el ascensor porque Owen se encontraba en el piso número seis. Yo me encontraba muy nerviosa y en silencio. Cuando llegamos a la puerta de su departamento, Owen me cedió el paso para entrar primero, asentí con mi cabeza agradeciendo.
La casa estaba impecable, iluminada, moderna y muy hermosa. Tenía su aroma, el aroma de Owen.
-Tu casa es hermosa -dije mirando cada parte del living.
-Gracias -dijo Owen sacandose su abrigo y dejando a ver una remera mangalarga color blanca que se ajustaba a su espalda y resaltaba sus pronunciados músculos, no pude evitar sentirme atraída al verlo pero bajé mi cabeza mirando al suelo.
-¿Quieres darme tu abrigo? -dijo Owen acercándose.
-Claro -dije saliendo de mis pensamientos un poco desubicados.
Me saqué mi campera y se la di.
-¿Qué quieres cenar? -dijo Owen dejando las camperas en un perchero.
-No tengo mucha hambre -dije.
-¿Segura? -insistió y me dio risa así que no pude evitar sonreír.
-Segura. Solo estaré un rato, comeré en mi casa.
Me dirigí hacía una especie de barra que había en el living de Owen y me apoyé contra ella. Él vino con dos copas de vino.
-No gracias, no tomo -dije.
-¿No tomas? -preguntó Owen extrañado- pero cuando te conocí lo hacías.
-Oh no -dije riendome- eso fue un desliz. Yo no puedo tomar.
-¿Puedo saber por qué? -preguntó.
-Preferiría no decirtelo, pero si no lo hago te lo enterarás por rumores del hospital. Soy adicta en recuperación -dije mirando al suelo con vergüenza.
Owen se quedó observandome por unos segundos.
-Está bien -dijo y lo miré extrañada- te traeré limonada, he visto que te gusta.
No pude evitar sonreír al escucharlo.
Owen volvió con dos vasos de limonada.
-¿Por qué no tomas vino? -pregunté.
-No beberé solo -dijo sonriendo y todo mi cuerpo se estremeció al ver su sonrisa.
Se apoyó contra la barra como yo lo hice, reí y Owen me miró:
-¿De qué te ríes? -preguntó bebiendo de su limonada.
-No puedo creer que estoy aquí contigo. Esto está mal -dije y también bebí.
-Por supuesto que no está mal -dijo Owen quedando frente a mí.
-Sí esta mal Owen, quiero alejarme de ti -dije dejando mi limonada en la barra y cruzandome de brazos.
-No has podido hacerlo hasta ahora -dijo Owen- y yo tampoco.
-¿Y por qué no lo haces? me tienes aquí parada nerviosa cuando en realidad podrías estar con otras personas y pasarla mejor.
-Estás hablando de Carina ahora -dijo Owen.
-Exacto -dije riendo- ¿no preferirías que ella estuviera susurrandote en el oído antes que yo aquí haciendote una escena?
-Solamente te traje aquí para hablar, porque quiero Amelia. Prefiero estar aquí, así, contigo -dijo señalando la circunstancia en donde nos encontrábamos.
-Me invitaste porque te sentiste culpable por lo de hoy -dije.
-Sí, por supuesto. Porque me di cuenta que te deseo mas que a nada, por eso quise que vinieras a conversar conmigo -se excusaba Owen.
-Ambos sabemos que no vinimos a hablar -dije.
Owen sonrió.
-Carina es una amiga, no me interesa en lo más mínimo. Solamente estoy pasando ratos con ella -explicó Owen.
-Eso habla mal de ti. ¿Eso le dices a Carina de mi? -pregunte elevando el tono de mi voz.
-Por supuesto que no. No tengo que explicarle nada a ella y además no sospecha nada de ti -respondió Owen.
-Claro, porque yo en realidad te detesto.
-Exacto. Todo el hospital sabe que me detestas -respondió Owen.
-Esto no va a terminar bien -dije preocupada.
-Por supuesto que terminará bien -respondió Owen y se acercó a mí para besar mi mejilla.
-Hazlo de una vez -dije enojada.
-¿De qué hablas? -preguntó extrañado alejándose de mi mejilla.
Lo miré y pudo captar mi mirada, una mirada de deseo y de "quiero más de ti". Entonces Owen sonrió y se acercó más a mí, llevando sus manos a mis mejillas y comenzó a besarme.
Sí, todo el día había estado pensando en sus calientes y dulces besos. Owen dejó de besarme para asegurarse de que todo estaba bien y yo seguí besándolo, rápido y muy descontroladamente. Él se apoyó contra mí y me estremecí aún más. Me cargó a horjadas de sus piernas y me sentó en la barra para poder seguir besándome. Llevé mis manos a su pecho para poder sentir su hermosa figura y sonrió al sentir mis dedos acariciandolo.
-¿Me creerías si te digo que estuve todo el día deseandote? -preguntó Owen mientras daba besos en mi cuello.
-Te creo -dije sonriendo- bueno, yo también estuve pensando todo el día en tus besos -dije mientras acariciaba su espalda.
-¿Qué tienen de especial mis besos? -preguntó susurrando en mi oído.
-Son muy excitantes -respondí sonriendo.
-¿Ah si? -preguntó Owen acercándose a mis labios.
-Sí -dije.
Owen llevó mi cabello por detrás de mi oreja y volvió a besarme. Yo llevé mis manos a su cabeza y volví a enrollarme con mis piernas alrededor de su cintura, me cargó y comenzó a caminar.
-¿A dónde vamos? -pregunté riendo.
-A un lugar cómodo -respondió Owen y entramos a lo que supuse que sería su cuarto.
Me dejó parada junto a la cama.
-¿Quieres que encienda la luz? -preguntó Owen.
-No -reí- así me encanta -dije señalando la luz de la luna que iluminaba la habitación.
Owen comenzó a llevarme hacía la cama, dejándome cuidadosamente y siguió besándome. Dios, creí que me volvería loca de tantos besos que Owen me estaba dando. Él se puso sobre mí procurando no aplastarme, yo comencé a tironear su remera para poder sacársela. Se separó de mi un segundo para terminar de quitarse su remera y sonreí al ver que su pecho quedó al descubierto. También pensé en lo excitante que era saber que Owen era militar. Acaricié los hombros al descubierto y subió un poco mi remera para dar pequeños besos en mi estómago, sonreí al sentir su barba. Fue subiendo mi remera hasta que logró quitarla haciendo que yo quede en sujetador, también llevó sus manos a mi pantalón pero antes de hacer cualquier cosa se detuvo:
-¿Qué sucede? -pregunté.
-¿Estás segura de esto? no quiero que te sientas presionada -dijo Owen.
Sonreí al escuchar que decía eso y estaba semidesnudo, mordí mi labio.
-Estoy segura -le dije a Owen y él sonrió.
Luego de eso, comenzó a desprender mi pantalón y a bajarlo. Lo mismo hice yo con el suyo. Quedando ambos solo en ropa interior. Reímos al vernos el uno al otro. Owen llevaba unos boxer con la escritura de "Calvin Klein" y le quedaban perfectos, mientras yo llevaba ropa interior blanca y con un poco de encaje.
-Te ves perfecta -dijo Owen mientras contemplaba mi cuerpo- no puedo creer que te tenga aquí, en mi cama.
Sonreí avergonzada. Acerqué a Owen hacía mí y lo besé, él se deshizo de mi broche de pelo haciendo que quedara suelto. Parecía tener un poco de pudor, tal vez creía que yo podría sentirme incómoda o no decidida, así que volvió a preguntarme:
-Quiero que te sientas bien -dijo él besando mi cuello- ¿prometes decirme si algo no te gusta?
-Owen, estoy bien, te necesito, hagámoslo -dije sonriendo.
Dicho eso, Owen bajó la parte de abajo de mi ropa interior y ambos nos entregamos completamente al placer, este hombre era maravilloso. Sabía como hacerme sentir loca de placer y además estaba haciendo que me sintiera cómoda.
Terminamos agotados y agitados tapados con las sábanas boca arriba pero al fín habíamos alcanzado el máximo placer, noté que el me miraba y sonreía.
-¿Qué sucede? -pregunté riendo avergonzada.
-No puedo creer que te tengo en mi cama, desnuda y tan hermosa -dijo Owen.
Me sonrojé al escucharlo, sabía como ponerme nerviosa y enloquecerme. Cada palabra que salía de su boca me producía un estremecimiento nuevo.
-Exageras -dije.
-Para nada -dijo él posándose sobre mí.
-No estoy lista para una segunda ronda -dije bromeando.
-No haremos nada que no quieras -dijo Owen y besó mi mejilla.
Pero no pude contenerme y lo besé en sus labios.
-¿Puedo preguntarte algo? -dijo Owen acariciando mis brazos y acostándose de costado frente a mí.
-Depende -dije sonriendo.
-Si no puedes tomar, ¿por qué estabas ebria esa noche en la que tuvimos sexo? -preguntó Owen.
-Oh -dije incómoda- no es algo que quiera compartir contigo.
Owen me miró y frunció el ceño.
-Solo digamos que la muerte de mi hermano me terminó de romper emocionalmente, y eso es lo peor que le puede pasar a una adicta.
Owen permaneció en silencio y seguía dando pequeñas caricias en mi brazo.
-¿Y tu por qué estabas ebrio? -pregunté.
Owen sonrió tímido.
-El ejército y la guerra a veces pueden jugar muy mal a la salud mental. Vine a Seattle unos días porque estaba desgastado, vine a hacer los papeles para terminar mi plazo en occidente.
-Pero te volviste a ir -dije.
-No puedes irte del ejército de un día para el otro. Tardaron un mes en aceptar mi renuncia.
-Pero aquí estás, renunciaste al fín -dije.
-Y cuando estaba decidido a volver, te conocí, tu me diste más ganas de volver -dijo Owen.
-Owen estábamos borrachos, no te acuerdas de nada -dije riendo.
-Me acuerdo de todo Amelia. Me arrepiento de que nos hayamos conocido así, pero me acuerdo de todo -dijo.
-Yo solo me acuerdo algunas cosas -dije avergonzada.
-Pero olvidemos ese primer encuentro. Imaginemos que aquí y ahora, fue nuestro primer encuentro
-Y el último. No volveré a caer en tus labios otra vez -dije riendo- esto no está bien, y yo no me siento bien haciéndolo.
-¿No te sentiste bien? traté de ser lo más cuidadoso -dijo Owen incorporándose en la cama refiriéndose al sexo.
-No,no. Eso estuvo muy bien, gracias por respetarme en todo momento -dije acariciando su brazo- pero yo no puedo seguir viéndote, ¿qué hay de Carina? ella parece muy enganchada contigo, y yo no voy a ser la tercera en la relación -dije.
-Carina no es nada mío -dijo Owen.
-Como sea, este fue nuestro último encuentro -dije levantándome y sentándome de espaldas a Owen mientras me colocaba mi remera.
-Amelia -dijo Owen agarrándome del brazo- no hagas esto.
Me vestí, busqué mi abrigo en el living y besé por lo que sería la última vez a Owen, besaba tan bien que podría haberle pedido otra ronda en su cama otra vez. Pero no quería jugar a lo que estábamos jugando, yo no iba a ser una más para nadie.
-Amelia -dijo antes de que yo cerrara la puerta.
-¿Sí? -pregunté.
-No dejaré de buscarte, ni siquiera en el trabajo. Me vuelves loco y no permitiré que esta haya sido nuestra última vez -dijo Owen.
Sonreí al escucharlo, eso parecía sincero, pero... ¿qué pensaba? Owen era un mujeriego y yo estaba cayendo en su trampa.

❥ My new addiction | Omelia {ᴛᴇʀᴍɪɴᴀᴅᴀ}Where stories live. Discover now