ECLIPSE: Mundos Encontrados

Pequeño accidente #4

-¿Qué tal tu día?-. Preguntó con voz gruesa su padre.

-algo fuera de lo ordinario, llegará un estudiante de intercambio a la escuela-. Anunció la chica de ojos claros dándole un fuerte bocado su torta de verduras.

-¿Estudiante de Intercambio? ¡Es una verdadera novedad! Debe ser muy difícil tener que mudarse a otro país-. Agregó la de rasgos Chinos.

-no creo que conozca a nadie de este lado del mundo-. Aseguró modesto el de bigote café.

-en la tarde hay una reunión del Consejo con el director, no olviden asistir, dijeron que es un asunto importante.

-asistiremos querida siempre y cuando te encargues de la panadería.

-No se preocupen, sin torpezas esta vez-. Rió nerviosa frotando el nudillo de su índice derecho con su mentón.

-recuerda hacer tus deberes de la escuela y sin accidentes por favor.

-de acuerdo-. Dijo finalmente para subir a su habitación.

No muy lejos de la azabache el arácnido acababa de llegar a la gran ciudad del amor, salió del aeropuerto y empezó a buscar por toda la ciudad un lugar donde pasar la noche, sin hablar el idioma por completo y sin siquiera conocer el país, pasó varias horas usando el traductor y el maps de su celular mientras recorría las calles y preguntaba a extraños por algun tipo de hotel.

Cansado de cargar con su equipaje sin encontrar respuestas decide descansar sobre la banca de un parque a unos pocos pasos de su ubicación.

-mis papás ya salieron ¿Qué dices Tikki? ¿Te gustaría probar la nueva cobertura de Macarrons?

-huuumm ¡Suena deliciosa!-. Aseguró la pequeña criatura. -Woow ¡Es una mezcla maravillosa!-. Dijo devorando el segundo postre.

-Me alegra que te guste, es una nueva receta de papá y ya estoy ansiosa por verla en el mostrador, además Alya prometió ayudarme con la publicidad.

-te aseguro que será el bocadillo más vendido en todo Paris-. Dijo la kwami moteada. En un rápido movimiento se escabuyó entre las vitrinas al escuchar el sonido de un gran vehículo estacionarce frente a la panadería.

-es el proveedor, vuelvo en seguida.

-Buena tarde señorita, son 40 bultos de harina, 60 kilos de azúcar y 30 canastas de huevos. Tendré que dejarlo hasta aquí, tengo otra entrega en menos de 15 minutos. Que tenga buena noche y perdone tener que dejar todo esto en la acera-. Dijo el conductor del camión corriendo de vuelta a la cabina para cumplir correctamente con su otra entrega.

-no se preocupe, entiendo que pueda estar ocupado. Yo me encargo-. Le gritó finalmente al preocupado conductor, mientras este se alejaba por la otra calle.

-Y ahora se supone que debo llevar todo esto al almacén-. Mencionó suspirando mientras llevaba hacia atrás su cabeza con futuro cansancio.

Inició llevando la carretilla con las canastas de los huevos, y así sucesivamente hasta terminar con los bultos de azúcar. Agotada y con sudor hasta en las orejas decidió descansar sobre los más grandes que ella bultos de harina.

-una última carga, vamos Marinette ¡Tu puedes! Sólo te quedan 20 bultos de harina. Okey...-. Se alentó levantándose mientras cargaba uno de los bultos sobre la carretilla.

Con el estómago vacío después de varias horas en el cielo y sin poder cargar con sus maletas en un restaurante decide ir a una tienda por bocadillos. Traduce el título y la descripción de las ventanas con su celular y finalmente decide acercarse.