El regreso de los Dioses.

14

Sentir el fuerte lazo que nos une ha sido magnífico en estas últimas semanas, incluso si ambos trabajamos en el mismo lugar y alguno tenía que salir para acabar con algún inconveniente sabíamos exactamente lo que nos pasaba.

Sin embargo el lazo ha estado cambiando estos dos últimos días, igual que ella, a pesar de que ni a Min Ho ni a mí nos impide acercarnos a ella, a los demás sí, sobre todo a los alfas, me resulta bastante gracioso ver cómo les gruñe cuando van a saludarla.

—JungKook, ¿por qué Alia me ha gruñido cuando he ido a saludarla?— T.O.P me sorprende, me doy media vuelta y le veo, sirviéndose una taza de café, me sonríe algo incómodo.

—Si te soy sincero no lo sé, pero a Min Ho y a mí no nos hace eso.— acabo por divagar, miro a mi compañero de trabajo, parece algo mejor, creo que poco a poco ya está acabando con el duelo.

—¿También se lo hace a los alfas?— su rostro es de pura sorpresa, asiento, divertido al recordar a todos mis Hyungs dar unos pasos atrás y taparse los oídos por si acaso.—Deberías hablar con ella, ya sabes que la tengo mucho aprecio y, bueno, me hace muy feliz saber que tu compañera no murió realmente, pero es incómodo intentar acercarte a ella para darle algunos papeles y gruña.— asiento, tiene razón, por muy adorable y divertido que me parezca debo hablar con ella. 

—Entonces deséame suerte, nos vemos en un rato T.O.P.— asiente y me despido de él con la mano, cojo una taza para ella y me acerco a su cubículo, cuando la veo está completamente centrada en el ordenador frente a ella.

Nuestro lazo vuelve a vibrar y me mira, la sonrío y me acerco hasta ella, le doy la taza de café y me devuelve la sonrisa.

—Alia, debemos hablar de algo.— da un trago a su café y asiente.—¿Por qué estás gruñendo a cada alfa que se te acerca?— pregunto, ella mira hacia abajo y suspira, deja la taza sobre su escritorio y vuelve a mirarme.

—No lo sé, de verdad que no lo sé.— hecha su pelo suelto hacia atrás, con ambas manos y a pesar de que me atrae la idea de besarla en este mismo momento no puedo hacerlo, estamos trabajando y, sobre todo, hablando de un tema bastante serio.

—Tal vez deberías tomarte unos días de descanso, estás muy estresada,— otro punto para el vínculo.—desde que volviste no has parado ni una sola vez, ve a casa y descansa un poco.— veo reticencia en sus ojos, pero acaba por asentir.

—Lo siento mucho, Kook, te quiero.— me besa y se levanta de la silla, al mismo tiempo que lo hago yo.—Te espero en casa.— se despide y camina hacia la salida, de vuelta a casa.

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Intento comunicarme con Alia mediante nuestro vínculo pero no consigo una respuesta por su parte, no puedo sentirla, me corroe el temor de que vuelva a desaparecer aunque nos hayamos marcado, si ella es capaz de impedir que sus sentimientos o, directamente su parte del vínculo, no me correspondan entonces ella podría irse de nuevo sin darse media vuelta.