Al día siguiente volví a ir a la cafeteria y me puse a leer para pasar el rato.
—¿No te quieren en tu casa? —me preguntó el chico que atendía cuando me vio llegar.
—Algo así —bromee. Ordene y después de comer me sumergí en el libro. Casi podia olvidar todo cuando leía, pues cuando leía me sumergía por completo y perdía contacto con el exterior. Casi me sentía como en casa, con mi libro y mi cafe, hasta que alzaba los ojos y veía la ropa de colores chillones.
En la tarde decidí salir a curiosear por el pueblo. Si ponía mucha atención tal vez podría intentar escribir un libro sobre esto, al fin y acabo que no podríamos haber mejor investigación que una hecha literalmente en la época.
Me pasea por los típicos lugares a los que iba la gente a pasear, y sin duda pude notar que el comportamiento de la sociedad era muy diferente a lo que estaba acostumbrada. Nadie tenia un celular afuera, todos disfrutaban del momento.
Se me pasó el resto del día así, y llegue ya tarde a la casa de Eric.
—Hola cariño, no te vi en todo el día —me saludó la Sra. Forman.
—Anduve turisteando.
—¿Sola? —me preguntó Eric con curiosidad.
—Disfruto mucho de mi propia compañía —bromeé.
—¿Y qué harás mañana? Point Place no es tan grande como para turistear dos días seguidos. —La señora Forman me ofreció una galleta.
—Empiezo a trabajar en la biblioteca.
—¿En serio? —Eric de repente se vio muy interesado en la conversación.
—Si, en el turno de la mañana.
Salí de la cocina y me escabullí al sótano. Hyde estaba en el sofa participando en un circulo solitario.
—¿Un circulo de una persona?
—Solo necesito de mi compañía y esto para tener un buen rato. Puede ser un circulo de dos si me acompañas.
—Nunca lo he hecho —admití.
No pareció sorprendido.
— ¿Y qué has hecho todo el día chica moderna?
—Turisteando.
—¿Sola?
—Si.
¿Porque a todos les parecía tan raro?
—¿Te gusta estar sola?
—He aprendido a estar sola —me encogí de hombros.
—A nadie le gusta estar solo.
—A mi si —mentí.
Eric y Donna llegaron antes de que Hyde pudiera decir algo. Estuvimos viendo tele hasta tarde y finalmente me fui a dormir. Me puse la camiseta que me había prestado Hyde, y otra vez me quede dormida antes de poder adivinar a qué me recordaba el aroma de la playera.
Temprano al dia siguiente me encontré a Kelso y Fez en la biblioteca:
—¿No van a la escuela?
—Estábamos en camino, ¿y tu?
—Voy a trabajar en la biblioteca.
—¿Y tu uniforme? —me miró confundido Fez.
—¿Ocupo uniforme? —La chica de la biblioteca no me había dicho nada al respecto.
—Si, checa en el armario, a lo mejor tienen alguno extra. —Kelso señaló una puerta.
Fui al armario y en efecto, había varios uniformes. Agarre la falda roja de cuadros, una blusa blanca y calcetas largas.
Cómo había llegado antes tuve tiempo de cambiarme y aun así estar a tiempo. La chica que me había ofrecido el trabajo, Brooke, me explicó en lo que consistían mis labores. Mi cargo consistía en atender el mostrador, hacer las tarjetas de inscripción y la devolución de libros.
La mañana estuvo casi vacía, pero en cuanto las clases finalizaron se empezó a llenar. Muchos chicos querían sacar su tarjeta de la biblioteca.
—Es un proceso tardado, ¿no prefieres pedirle a un amigo la suya? —preguntaba, pero casi siempre obtenía una negativa.
¿Era mi imaginación o los chicos me comian con la mirada?
Casi acababa mi turno cuando llegaron los chicos, Fez y Kelso venían corriendo, los demás venían caminando. En cuanto me vieron los chicos empezaron a silbar.
Fez tiró unos libros y cuando me agache a recogerlos todos volvieron silbaron, excepto Eric:
—¿No puedo silbar, verdad? —volteó con Donna.
—Solo si quieres quedarte sin novia.
—Okay.
—¿Me puedes firmar esto? —preguntó Kelso mientras me tendía una playboy con la foto de una colegiala.
—Muy gracioso. —le sonreí disgustada.
—¿Aparte de chica del futuro eres bibliotecaria sexy? —me sonrió Hyde provocativamente.
Me sacó de mis casillas así que le lancé un libro pero lo esquivo.
—No se de que es el alboroto, ni siquiera es una chica delgada, yo tengo muchísimo mejor cuerpo que ella. —Jackie me miró furibunda.
—Jackie, no seas envidiosa —la regaño Donna.
—Si Jackie, no seas mentirosa, ella esta que arde —Michael me guiño un ojo.
Mi turno terminó y cuando estaba camino a cambiarme me tope con Brooke.
—¿Como te fue en tu primer dia?
—Bien, estuvo muy lleno, ¿siempre es así?
–No — negó con la cabeza mientras soltaba una pequeña carcajada —Creo que tuvo mas que ver con tu atuendo.
La miré confundida:
—Es el uniforme, ¿no?
—No, ¿quien te dijo eso?
—Kelso y Fez...
—Cariño, no tenemos uniforme.
Oh, esos dos son hombres muertos.
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