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De nuevo, el miedo me invade a causa de la aplicación

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De nuevo, el miedo me invade a causa de la aplicación.

Ayer en verdad llegaron unas flores. Mamá que nunca está en casa fue a recibir el ramo de rosas rojas. Creo que ella ha estado saliendo con alguien porque se le iluminaron los ojos en cuanto lo vio, fue por un jarrón y, mientras lo hacía, tomé la tarjeta.

Así descubrí que no eran para ella, sino para mí.

No le dije nada y aún sigo sin hacerlo, porque sigo sin creer que algo así haya pasado. Tanto, que aún tengo la tarjeta en la mano y me niego a soltarlo.


Para mi querido Jungkook. Por favor toma estas rosas como un buen inicio de nuestra relación. Te amo.

Atentamente, tu novio virtual.


Supongo que es la misma tarjeta que le mandan a todos los que usan esta aplicación. La dejo sobre el escritorio de mi habitación y vuelvo a la cocina. El ramo es hermoso y resalta el color rojo de las rosas, así como su olor. Al tocarlas, quito un pétalo inocentemente y repaso la textura entre mis dedos. Tan suave que podría dormirme con ella.

—Son hermosas, ¿cierto? —Abro los ojos y miro a mi madre con atención. Me sonríe desde el umbral de la puerta—. Creo que son para ti.

Mi corazón se estremece y da un vuelco. Intento no mostrarme nervioso, aunque no es que lo maneje bien.

—¿Quién podría traerme flores? —pregunto, riéndome.

Mi madre se encoge de hombros.

—Pues mías no son. Ya lo confirmé. Y el señor me dio la dirección y coincidía. —Ante mi silencio, mi madre prosigue—: Tal vez tienes una admiradora secreta y no te habías dado cuenta.

—Eso es imposible —replico, deshaciéndome del pétalo. Al principio quería echarlo al bote de basura, sin embargo, terminé echándolo en el bolsillo de mi pantalón de pijama.

—¿Por qué?

—Iré a dormir.

—Jungkook. —Mi madre me detiene, cerrando la única salida con su cuerpo. Es ligeramente corpulenta, con ojos grandes y labios con forma de corazón—. No me cabe duda que eres hermoso, y gentil.

—Y tu hijo.

—¿Qué quieres decir?

Meneó la cabeza.

—Quiero decir que dices eso porque soy tu hijo, mamá.

—Boberías. Te lo digo porque es lo que pienso. Y estoy orgullosa de lo que he creado. Tu padre también estaría orgulloso.

Porque no quiero llorar, le doy un beso de buenas noches y me dispongo a dormir, aunque me cuesta hacerlo al comienzo. La imagen de papá que mamá tiene guardada en su baúl viene a mi memoria, y me esfuerzo por contener las lágrimas.

Desde que abro los ojos mi madre está reprochándome por levantarme tarde, a pesar de tener tiempo de sobra. Pero así es ella.

Cuando salgo de casa el aire helado impacta contra mi cuerpo. Mi rostro que está al descubierto es el que más sufre y, al cabo de unos minutos, siento la cara tiesa como si me hubiesen pasado un cubo de hielo por la piel.

La escuela queda a dos cuadras extensas de mi casa, así que tengo que disponer de un buen tiempo para no llegar tarde. A medida que avanzo, observo a más estudiantes correr, hablar en grupo, incluso hacer la tarea de forma rápida. Es un desastre.

—¿Quieres llegar tarde? —Un escalofrío recorre todo mi cuerpo. No podría confundir jamás esa voz: grave, distante y seca.

No digo nada y aligero el paso. Puedo sentir su presencia cada vez más cerca. Está atrás mío, quizás riendo por mi actitud.

—¿En serio estás intentando escapar? ¿Cuándo llegamos a esto?

No quiero decir nada. No estoy en la obligación de hacerlo, ¿verdad? Si lo hago me arrepentiré después.

—Está bien, ignórame. —Mi cuerpo se sacude ligeramente. Me ha empujado como si la acera fuera demasiado estrecha para los dos y eso me ha sorprendido—. Todos nos observan.

Lentifico la velocidad de mis pasos y me llevo una mano al pecho. Cálmate. Cálmate. ¿Qué significa eso? Evidentemente, algunos nos han mirado y es normal, ¿no? Nunca me ha importado la mirada de los demás sobre mí, me acostumbré a eso hace mucho tiempo. No obstante, por como lo ha dicho Yoongi, reflexiono si debo prestar más atención a mi entorno. 

 

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novio virtual  » taekooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora