3.¿Verdad o reto?

347 31 2
                                    

Mi cuerpo parece no querer responder, ¿a caso esto es solo un mal sueño? ¿Me estoy volviendo loca? Quizá ya haya empezado a imaginar cosas, decido ignorar lo que mis ojos acaban de ver, intento permanecer tranquila ¿Que va a ser de mí si me da un ataque de ansiedad a media calle?.

Hoy si mi muerte es inminente mi corazón puede detenerse en cualquier momento. Mis labios se sienten secos y mi piel fría.

Trato de respirar como me a dicho que lo haga mi psiquiatra, pero cada vez mi pecho se hace más pesado pareciera que mis pulmones se quedarán sin aire.

Mis pies parece que no entienden cuál es el derecho y cuál es el izquierdo. Me duele un poco las piernas, debido al golpe que me he causado al caer al suelo, las náuseas me invaden, el miedo embriaga cada rincón de mi ser, no puedo evitar sentirme terriblemente frágil como esa niña de 11 años que tuvo que presenciar la peor escena de su vida. ¿Podre algún día quitar de mi mente esa noche?

—¿Isabel estás bien?

Escucho la lejana voz de alguien llamandome. Me sacude un poco, se qué esta ahí pero no logró hacer nada para que sepa que puedo oirle. Mi visión se torna borrosa, mi corazón late desesperado.

Siento sus suaves manos acomodando mi cabello en una cola.

—Todo va a estar bien esto ya ha pasado antes cariño, y lo has podido superar.

Me sube al auto. Mientras no quita su mirada de la nota que está en el asiento.

—Necesito saber el número de tu papá.

Escuchar eso es como si me lanzarán agua fría.

—A él no, a cualquiera menos él.

—No debes avergonzarte es normal que estés así después de todo lo que has pasado.

Siento como mi respiración comienza a normalizarse.

—No es eso,solo que ya estoy mejor Daniel.

El no puede evitar lanzarme una mirada llena de desconfianza.

—¿Que significa ese papel?

—Supongo que una mala broma.

—No parece eso Isa, no debes de tomar algo así a la ligera.

—No te preocupes, estaré bien.

—Quieres que vaya contigo, ¿segura que ya puedes manejar? Estás un poco pálida aún.

—Sí, gracias.

—Ok envíame un mensaje haciendome saber que llegaste bien.

El cierra la puerta, suelto un suspiro. Cada día estoy peor, me siguen las sombras de mi pasado.

No sé a que velocidad vendría porque en un abrir y cerrar de ojos ya estoy en la prisión más bien debería de llamarla casa, es a lo más que puede aspirar este lugar porque llamarlo hogar sería mucho pedir,hace ya bastante tiempo que dejo de serlo.

—Ya estaba preocupada, ¿Ya almorzaste mi niña?

—No tengo hambre nana, gracias.

—Debes de comer algo.

—Talvez más tarde. ¿Y papá?

Ella hace un gesto de molestia.

—Dejando a esa mujer.

—Claro me lo imagine, ¿Se acaban de ir?

—Hace poco. Está en realidad tiene un ligero parecido físico a mi madre.

Entre Sombras Where stories live. Discover now