27. Recuerdos dañados.

220 22 0
                                    

Mis pies no responden ante el estímulo que les estoy enviando de moverse.

Una lágrima baja por mi mejilla, es la clara señal de lo que me a dolido ver esto.

Camino lentamente hacia la cama y tomo en mis manos el que a sido mi tutu preferido por años, aún recuerdo cuando mamá me lo compró para bailar en mi primera presentación era hermoso blanco como la nieve con perlitas que lo hacían parecer mágico lo he conservado todo este tiempo y ahora está manchado de ¿sangre?, el dolor se apodera de mi pecho acaban de dañar uno de mis pocos recuerdos felices de infancia.

¿Quién será tan cruel de querer lastimarme de esta manera? 

Trato de limpiarlo pero es imposible toda la tela está dañada, y cuándo pienso que el daño que querían hacerme a sido solo esto veo que abajo del vestido está pegada otra de esas estúpidas notas y una memoria USB al par. ¿Qué retorcida mente se toma el tiempo de hacer todo esto?
Viendo que no me queda otra opción empiezo a leerla:

Esto es solo una muestra de lo mucho que sé de ti, no creas que te vas a librar tan fácilmente de mí, te tengo acorralada podría acabar contigo en cualquier momento pero disfruto ver como poco a poco me haces más fácil el camino.
Una pequeña muestra de lo cerca que estoy está en esa memoria.

Apenas y puedo asimilar lo que está pasando hace unas horas era la persona más dichosa de este planeta, y esto claramente me regresa a la realidad como si me aventaran un balde de agua fría.

Con manos temblorosas abro mi laptop e introduzco la USB entró a la memoria y lo que observo me provoca náuseas, hay una carpeta completa con fotos mía, fotos en la calle, en la casa y en el colegio.

Está persona me sigue a todos lados y no desde ayer si no al parecer desde hace mucho tiempo atrás.
Está claro que no estoy segura ni en mi propia casa, y por más que intento encontrarle explicación no logró entender quién esta detrás de todo esto y que es lo que busca porque está claro que si quisiera matarme hace tiempo que lo hubiera hecho.

¿Porqué la vida se empeña en querer hacerme sufrir?

Y lo peor es que no tengo ni siquiera ánimos de averiguar porque están pasando estás cosas, me siento en el suelo tratando de calmarme un poco, siento una fuerte presión encima del pecho no quisiera darle el gusto a esa persona de hacerme llorar pero no puedo evitarlo, una lágrima tras otra baja por mis mejillas como pruebas palpables de mi desdicha.

Escucho que alguien toca la puerta y mi corazón se acelera ¿será que esa persona aún está aquí? Las palabras no quieren salir de mi boca es como si todo mi ser estuviera paralizado por el miedo.
La puerta empieza a abrirse lentamente, mis manos me sudan y las apretó una entre la otra en una búsqueda fallida de sentirme protegida. 

De pronto en estas circunstancias tan adversas notó que en realidad yo nunca he querido morir si no, no estuviera tan preocupada por mi vida en estos momentos, solo he querido dejar de sufrir, tener por fin una vida tranquila y feliz sin embargo eso más parece un sueño demasiado inalcanzable para mí.

— ¿Puedo entrar? Dice esa hermosa voz que reconozco al instante. —No quiero presionarte pero ya es hora de ir al colegio.

Siento que mis ojos me arden de tanto llorar y aunque trato no me puedo mover ni contestarle nada.
Él después de esperar contestación y ver que no obtiene ninguna, suavemente termina de abrir la puerta y entra. Puedo notar la sorpresa en su rostro, sus ojos empiezan a examinarme de arriba abajo y luego observa rápidamente mi habitación.
Se agacha y toma mi rostro con sus manos.

— ¿Estás bien? ¿Qué pasó aqui Isabel?

No puedo contestar a sus interrogantes y parece que eso lo pone más nervioso.

Entre Sombras Where stories live. Discover now