Capítulo 68: El Legado de Uchiha Madara

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Había sido una batalla digna de leyenda.

Donde una vez estaba la bien conocida Amegakure, ahora no había nada más que un simple lago, escondiendo debajo de él un cráter y trozos de edificios destruidos. Partes de tuberías de metal y demás escombro ahora descansaban en el fondo del cráter y el resto estaba completamente lleno de agua. Para cualquier extranjero que pasara por el país, parecería como si nada hubiera existido en esa tierra.

Unos días habían pasado y el resultado de la batalla era el que todos esperaban. Madara había sido vencido en una batalla nada fácil y Naruto estaba recuperándose en una de las muchas tiendas médicas alrededor de la aldea.

Una vez que la batalla terminara fue decidido de forma unánime que todos deberían acampar por unos días en el País de la Lluvia antes de departir hacia sus destinos. Esto les daría tiempo a las tropas de descansar, curar cualquier herido y empacar todo, así como limpiar los cadáveres de Zetsu.

Naruto había dormido por tres días seguidos y esto le permitió a su cuerpo recuperarse lentamente y a sus reservas de chakra volver a llenarse. Hinata había sido firme en nunca dejar su lado mientras se encontraba débil. A pesar de las varias personas que le aseguraban que nadie lo perturbaría. Y con Naruto dormido en realidad no había nadie que pudiera forzarla a hacer algo que no quisiera.

Kakashi y Minato estaban caminando hacia la tienda donde Naruto y Hinata se encontraban. "¿Crees que puedas pedirle a Hinata reducir la lluvia?" preguntó Kakashi mientras veía al cielo oscuro y al diluvio que caía sobre ellos.

"No creo que funcione" dijo Minato con una carcajada. Estaba recordando de cuando Hinata había sido controlada por Madara y la nada pequeña cantidad de pánico que hubo entre las tropas cuando se dieron cuenta de lo sucedido. El consenso general era que los mejores combatientes fueran a ayudar a Naruto hasta que Tobirama les hizo entrar en razón con un poco de violencia.

"¡AGH!" Minato fue sacado de sus pensamientos cuando escuchó un sonido de asco. "¿Qué es lo que me estás forzando a comer?" preguntó la inconfundible voz de Naruto desde dentro de la tienda.

"Como, no seas bebé" Hinata sonaba algo exasperada. Minato sonrió mientras que Kakashi dejó escapar una risa burlona mientras los dos entraban a la tienda.

"¿Estás segura de que no puedo comer ramen? Estoy seguro de que papá podría ir a Konoha en un instante" se quejó Naruto. La mirada de Hinata detuvo sus protestas de forma definitiva y volvió a comer su alimento, el cual consistía en una pasta café con algo que parecía trozos de carne. La apariencia no era nada apetecible, y el aroma incluso menos.

"Parece que se están divirtiendo ustedes dos" Naruto vio hacia arriba y se encontró con su padre y Kakashi, abriendo la tienda y entrando.

"Delicioso" bromeó Kakashi, pero fue silenciado por la mirada de Hinata.

"En cuanto a lo que está comiendo" comenzó Hinata. "Es proteína combinada con aminoácidos sintéticos, vitaminas, minerales y agentes para acelerar la digestión. Tiene todo lo que el cuerpo necesita" concluyó Hinata, pero no recibió nada más que miradas de estupefacción.

"Claro que lo tiene" murmuró Naruto mientras seguía comiendo su nutritivo 'alimento'.

"¿Sabes? Entiendo que quieras verte genial, pero no puedes copiarme el cabello blanco" dijo Kakashi mientras sonreía con su ojo, ganando una carcajada de la audiencia.

Un breve silencio siguió las palabras del Jounin y el único sonido era la cuchara de Naruto raspar la bandeja de metal. El rubio terminó su comida. "¿Puedo tener un momento a solas con papá?" preguntó. Kakashi asintió y salió sin mucha preocupación. Hinata estaba un poco renuente a dejar su lado.

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