En un día de San Valentín.

Capítulo ocho.

Después de cortar con Lena mi celular volvió a vibrar. Pensaba que era Lena que se olvidó de contarme algo, así que lo dejé sonar para hacerla sufrir, como buena amiga que soy.

Después dirigí la vista a la pantalla y resultó ser mi padre, no dudé en atender.

Seguro que me llamó a mí porque sabe que siempre estoy despierta a esta hora.

—¿Hola?

—Hija. ¿Por qué no atendías? La operación salió bien, por suerte.

—Es que estaba en silencio—mentí—. ¿Pudiste ver a la tía?

—Sí, hablé con ella. Está todo bien. Al menos está lo suficientemente bien como para ir a ver a la abuela, ya sabés, en dos días ya se cumplen dos años.

—Oh, sí. Casi lo olvido.

Se cumplirán dos años de la muerte de mi abuela. La extraño aún. Recuerdo cómo lloré, nunca había pasado por algo así. Fue una horrible experiencia, pero al menos si vuelve a pasar, sabré cómo controlarlo.

—Hija ¿Sigues allí?

—Sí, sí. Estaba leyendo algo—mentí por segunda vez.

—Oh, bueno. Descansa. Esta noche me quedaré con tu tía hasta que se recupere. Si se recupera para el mediodía iré a trabajar. Avisale a tu mamá así no se preocupa.

—Ajám. Lo haré. Adiós.

—Adiós, hija.

Lo más tierno que hace mi padre es decirme "hija" cada vez que puede. Es como si estuviera orgulloso de mí, aunque sé que no lo hace, porque no soy de las personas más activas que existen.

Decidí entrar a Facebook para jugar a esos juegos adictivos sin vida.

Cinco conversaciones sin contestar, dos notificaciones y una solicitud de amistad.

Lo primero que veo, como de costumbre, es la solicitud de amistad.

Di un respingo al verlo. No puedo creerlo, ni siquiera sé cómo sabe mi apellido. Pero mis ojos ven bien y ese usuario no puede ser falso. Pero allí estaba, frente a mí.

Andrew Collins.

Raramente tuve el instinto de saltar, pero luego recordé que parecería absurdo. (Siempre pensé que hay cámaras ocultas en mi casa).

No había nada más que hacer, sólo presionar el "aceptar".

Lena siempre me stalkea...ya me puedo imaginar la conversación con ella.

Ya no hay nada interesante para hacer. Cerré sesión en todas mis cuentas y me dispuse a dormir.

Y justo cuando mi mente estaba reproduciendo una canción caí dormida sin previo aviso.

* * * *

Estábamos almorzando con mi padre que aún no se fue al trabajo. Estábamos en una conversación normal hasta que mi padre preguntó:

—¿Adónde quieren ir hoy? Después de mi trabajo, por supuesto.

—Parque—dice automáticamente Jules.

—La casa del tío John—elige mi madre.

—¡El lago!

Y sin aviso alguno, se desata una discusión. Me trae el recuerdo de la película "Shrek 2", cuando cada personaje dice el nombre de otro personaje y termina con "Burro".

—De todas las opciones, elijo la casa del tío John—declara mi padre—. Hace mucho no lo visitamos. Podríamos arreglar para ir al cementerio.

Me estremezco.
Se me forma un nudo en la garganta y agarro el vaso de agua para beberlo rápidamente.

La palabra "cementerio" provoca eso en mí.

—¿Estás bien?—pregunta mi madre.

—Sí, sí. Es solo que no estoy bebiendo tanto últimamente y estoy muy deshidratada.

Mi padre hace una mueca, inseguro.

—¿Acidez?

—Supongo. No me siento muy bien. Debería descansar un poco. Me duele la cabeza.

Todos me miran raro mientras camino hacia mi habitación. De seguro piensan que tramo algo, pero la verdad es que no. Sólo es el recuerdo que viene a mi mente de la nada y no puedo soportarlo.

Presencié la muerte y el entierro. Es un peso que llevo sobre mis hombros y temo de que la carga se haga más pesada.

No lo sé, dicen que debo olvidar pero no puedo. No con alguien que sigue vivo en una parte de mi corazón.

Quizá esté exagerando, no creo que sea para tanto.

Quizá la mejor solución de todo es olvidar. Pero para olvidar hay que formar nuevos recuerdos. Y creo que sé la manera.

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GRACIAS POR LEER C:

Capítulo dedicado a mis lectoras <3
Especialmente a Cabsha, nueva lectora.

Comenten y no se olviden de la estrellita que es más linda si brilla. Nah, mentira. No los obligo a nada, eso tiene que ser por voluntad propia.

Gracias.

Los quiero ♥