Amor es Amor ® [COMPLETA]

Capítulo 16

Noah.

Cuando, una semana después, el teléfono de la casa suena, yo apenas me acabo de levantar y estoy comiendo un croissant con mi café. En mi casa se come sólo italiano y este es, sin más, el típico desayuno italiano.

-¿Diga?- es la voz grave y un poco brusca de mi padre la que contesta. Hay algunos segundos de silencio, luego, de nuevo, su voz- Claro, claro. Gracias. Se lo paso de inmediato- Un segundo de silencio y después- Noah! Noah! ¡Chiamano dall'Università degli sport da Los Angeles! (¡Noah! ¡Noah! ¡Llaman de la Universidad de Deportes de Los Ángeles!)- grita.

Casi mi atraganto con el croissant y aterrizo en el suelo al caer del banco del mesón de la cocina mientras me apuro y le arrebato el teléfono de la mano a mi padre, respondo enseguida- ¿Bueno?

En estos días he intentado no pensar demasiado en la universidad y la presencia continua de Zach en casa para ver películas me ha ayudado mucho. Pero eso que me carcomía estaba siempre presente y ha continuado atormentándome.

Escucho la llamada como en trance cuando cuelgo no sé si sonreír, llorar o saltar como un desquiciado. Al final, hago las tres cosas juntas- ¡¡MI HANNO PRESO!! (¡¡ME ESCOGIERON!!)- grito- Ho una borsa di studio per meriti sportivi per l'Università degli Sport da Los Angeles! (¡Tengo una beca por méritos deportivos para la Universidad de Deportes de Los Ángeles!).

Aunque es una universidad deportiva, saber que puedo contar con la beca y ser admitido, es de todos modos demasiado bello para ser verdad.

Mi padre me abraza fuerte mientras mi madre y mi hermana corren hacia nosotros, atraídas por los gritos; Sarah salta conmigo mientras mamá llora porque iré tan lejos de casa. La abrazo fuerte- Tornerò tutte le volte che possa, ve lo prometto (Regresaré todas las veces que pueda, se los prometo).

-Sarà meglio per te, oppure vedrai come si comporta una madre italiana quando si incazza (Será mejor que lo hagas, o verás como se comporta una madre italiana cuando se enoja)- me amenaza ella con los lagrimones en los ojos mientras todos comenzamos a reír.

Lo primero que hago cuando la euforia se calma es llamar a Zach.

El teléfono se va a buzón un par de veces, luego su voz adormilada responde- ¿Bueno..?

-No estarás durmiendo aún, espero- lo molesto, mirando el reloj sobre la mesa de noche de mi recámara que marca las once menos diez.

-Mmmmhmmm- gimotea él, me lo imagino con el cabello alborotado y la cara con las marcas de la almohada aún impresas en ella- Será mejor que tengas un buen motivo para interrumpir el sueño del Maestro...- refunfuña.

Comienzo a reír mientras digo- Lo tengo.

-¿Ah, sí?- bosteza- Entonces ¿Por qué aún no me lo has dicho?

Sonrío- Me escogieron.

Hay un momento de largo silencio, luego su voz emocionada- ¿La Universidad de Deportes de Los Ángeles? ¿Te han dado la beca?- esputa las palabras de carrera y casi no logro entenderlo.

-Sí- incluso una palabra tan simple trasmite toda mi felicidad.

El grito que emite me perfora los tímpanos y me obliga a alejar el teléfono de mi oreja- ¡Es fantástico, Noah! ¡Diablos, es super genial! ¿Cómo dicen ustedes en Italia? Belissimo! (Correctamente escrito Bellissimo! = ¡Maravilloso!)- lo dice con una L menos y con un acento tremendamente americano pero me hace muy feliz por lo que rio mientras se lo agradezco.

-¿Estás feliz?- me pregunta.

-Estoy feliz- respondo.

-Entonces estará bien un gran helado- afirma.