Juntos,todo se puede.

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Tina se había dormido y Newt estaba recostado al lado de ella, puesto que antes de dormirse ella le pidió que no se fuera, él como buen novio se quedó, además, se lo hubiera pedido o no se iba a quedar igual.  Por otro lado, afuera en el pasillo ya se econtraban todos, Queenie abrazada a Jacob, Natalie consolaba a Abigaíl y Kama hacia preguntas a Aaron sobre que lo podía haber ocasionado, además de donde era y esas cosas, ya que a pesar de todo lo que estaba sucediendo, él seguía atento a movimientos de donde fuera, una persona nueva podría ser mandada por Grindelwald, él no descartaba nada. 

—Yo hace poco hablaba con Newton sobre eso, quien sabe si fui yo la que tal vez mando malas vibras y eso, se que es un comentario muy muggle, pero podría ser...

Abigaíl aún sollozaba sentada en una silla, a su lado Queenie le tomó la mano, ellas aún no conversaban, pero no hacia falta, ambas eran muy calidas, casi iguales, se podría decir. 

—No querida, no pienses ni digas eso. Las cosas siempre pasan por algo, agradezcamos que Teenie esta bien. 

—Si Abi, vamos, no te pongas así.   –Nat le acarició la espalda suavemente.

Aaron y Kama se acercaron a los demás, luego de haber hablado, el joven mago le regaló una sonrisa tranquilizadora a Abigaíl, quien, entre su llanto, se ruborizó un poco. 

—Con el Sr. Kama pensamos bajar al primer piso, ir por unos cafés y algo para comer.  ¿A alguien se le ofrece algo en especial? 

El grupo solo pidió té y café, nadie estaba de ánimos para comer. Abigaíl se tomó la libertad de pedir té para Newt, sabía que lo tranquilizaba. Finalmente ambos fueron hasta el ascensor y se dirigieron al primer piso. Jacob entabló una conversación bastante amena con Natalie, mientras que Abigaíl y Queenie se aventuraban a conocerse un poco.   

—El día que venias para acá, yo estaba en tú casa.  –partió la bruja rubia.

—¿Enserio?, ¿Y porque no te ví?

—Estaba con tu madre, Alice, que es un encanto. Ella fue a tu búsqueda y tú prácticamente arrancaste. 

La joven bruja soltó una leve risa y sus mejillas se tornaron un poco rojas. 

—Si, lo siento es qué...

—No, si lo sé, pude leer un poco de tu mente antes de irte. Estabas emocionada y no querías que tu madre cambiara de opinión a última hora, por eso arrancaste.

Abigaíl asintió con la cabeza mientras miraba a Queenie.

—De verdad que eres bonita, Newt me lo había dicho, sobretodo Jacob, pensé que exageraban, pero no, tenían razón.  Me alegro que hayas decidido volver, me alegra conocerte, me alegra y me fascina, nunca antes había conocido a una Legeremente. 

—Ay querida, vamos, que tú no te quedas atrás, eres una muchacha guapísima y te lo digo, ante los ojos del Sr. Prince no pasas desapercibida. 

—Oh Queenie, ¿acaso él piensa que soy linda? 

Abigaíl por un momento mostro a flor de piel su edad, la adolescencia, que premio era ese. 

—Piensa eso y muchas cosas más, pero Abigaíl, tienes que descubrirlo tú misma, que te lo cuente yo no tiene gracia.  

—La verdad, tienes razón, debo... 

Sin previó aviso la Sala en la que estaba Tina y Newt se abrió, pálido, ojos rojos, nariz roja, labios secos, era el mago inglés, que al cerrar la puerta detrás de si, se dejó caer al piso, tapando su cara mientras volvía a llorar, aunque ahora con más ganas que antes, se sentía en más libertad ahora que Tina no lo escucharía y no se culparia más de lo que ya lo hacia.  

•Conociendo el amor• [NEWTINA] Where stories live. Discover now