69. El Proximo Año

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El sonido de las hojas secas que pisaba la llenaba de emoción y pena por igual, hoy se iba. Se controlo a sí misma para no correr hacía su lugar de encuentro; ese hermoso lago dentro de una cueva que descubrió cuando apenas tenía diez años. Desde entonces, cada verano, en vez de salir a viajes con sus amigos o elegir cualquier otro destino, ella viajaba a esa pequeña cabaña que pertenecía a su padre y todos los días iba a ver a su particular amigo.

La cueva no era obscura, a pesar de ser profunda. Sus paredes y techo estaban llenos de pequeños agujeros que mantenían relativamente iluminado el túnel que formaba, y al final, a unos veinte minutos de la entrada, un gran lago se formaba en sus profundidades, de aguas tan cristalinas que era capaz de ver el fondo.

Se sentó en la roca habitual y comenzó a quitarse la ropa, los jeans y botas, la chaqueta y la blusa que llevaba. Se ató el cabello es una trenza simple y se metió en la fría agua. Camino unos metros y cerró los ojos, esperando escuchar el agua moverse, señal de que él había llegado.

Pasaron unos minutos y comenzó a escuchar un ligero chapoteo en la parte más profundo,  y en cuestión de segundos su figura comenzó a ser visible para ella. Primero su pelo castaño, su rostro y luego su fuerte pecho. Como siempre, sólo llevaba esos pantalones de cuero que comenzaban a provocar algo en la joven cada que lo veía con ellos (que era, básicamente, siempre).

Ambos se sonrieron, ella más efusiva, él más discreto. Y como siempre, hablaron. Él le contaba sobre su vida en Berck, sobre su papel como nuevo jefe de la aldea (su padre había muerto apenas el año pasado), sus avances en la protección de los dragones (algo que Astrid aún no era capaz de creer por completo) y los proyectos que tenía para mejorar la vida de su pueblo. Ella le hablaba de cómo iba su vida en la escuela, sus preocupaciones y la presión que sentía por ingresar a la universidad de sus sueños. Ademas le daba consejos para mejorar sus ideas, le decía lo maravilloso que era el futuro y todo lo que la humanidad había logrado hasta entonces.

Hablaron por horas, rieron y jugaron como dos niños en el agua. Sólo el sonido de su celular al sonar los regresó a la realidad. Esa donde él debía marcharse a su tiempo y gobernar, y ella debía volver con sus padres, a clases y a esa vida que desde que lo conoció se le antojaba monótona. Esa realidad donde sea lo que sea que les permitía estar juntos se terminaba. Porque ella sabía, oh como lo sabía, que al volver mañana la cueva seguiría ahí, pero no ese hermoso lago de cristalinas aguas, sabía que en su lugar solo encontraría fría piedra cerrando el acceso al lugar más hermoso del mundo, y por ende, cerrando su acceso a él. 

Ella se vistió, ya sin pena al haber pasado tantos años haciendo eso frente a él, pero ahora con un sentimiento que ciertamente hacía todo diferente. Una vez vestida, como siempre, se despidieron, pero esta vez algo fue diferente, él no la abrazó y ella no se movió, en su lugar se miraron a los ojos por lo que le pareció una corta eternidad y su corazón latió fuerte cuando el tomo su rostro y de la forma más delicada y dulce, la besó.

Esta vez no hubo palabras de despedida ni promesas de volver a verse el próximo año. Sólo con ese beso se hicieron todas las promesas que su corazón guardaba, y sus miradas les dijeron que se volverían a ver. Quién sabe, tal vez la próxima vez su encuentro no terminaría, tal vez el próximo años sería para siempre.

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Qué hay chicos. Qué locura, hace literalmente años que no escribía. En fin, que estoy trabajando en otros escritos, más mi carrera, más otros proyectos que tengo por ahí y pues ya no pude escribir más aquí.

Entre todo eso pensé en marcar como completa mi historia, pero me pareció que era justo escribir algo de despedida a esta antología que me acompaño por tanto tiempo y me ayudo dió fuerza para seguir en mis perores momentos. 

También les agradesco a ustedes por todo su apoyo, por su preocupación y por todo lo que me dieron estos años a través de sus comentarios y/o sus mensajes privados. De verdad gracias. Y esto no es una despedida, como dije, estoy trabajando en otras historias, esta vez originales, que pienso subir a esta hermosa plataforma, que es como un hogar para mí.

De nuevo, gracias por todo, y quién sabe, tal vez algún día vuelva a abrir este "libro" y quiera recordar viejos momentos escribiendo algo. Por lo demás, gracias por todo.

Nos vemos. 

Historias de un amorHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin