FLAMES

¿Qué probabilidades hay?

Esto tenía que ser una puta broma. No podía ser verdad, me negaba a creer la noticia que estaban leyendo mis ojos. ¿Qué probabilidades había? Era más probable que Alba jugara en la NBA, que Sabela se hiciera influencer o que Marta hiciera voto de silencio. Pero ahí estaba, la probabilidad descojonándose en mi cara. Mi móvil suena y como siempre, contesto sin mirar.

- ¿Te has enterado? – La Reche al aparato.

- Dime que no te ha llamado un equipo de la NBA. – Le digo sin pensar.

- ¿Qué coño dices Natalia? – Estaba enfadada.

- Perdona, perdona. Estaba pensando en mis cosas. Y sí, he visto las noticias. – Suspiro. – Dime por favor que es una broma.

- No es broma, no. Es que hay que joderse. ¿Qué probabilidades había? – Yo no puedo evitar reírme por la coincidencia. - ¿De qué coño te ríes, Natalia?

- Perdona, pero es que estaba pensando eso mismo antes de que me llamaras. ¿Cuáles eran las probabilidades? Es más probable que María se haga monja, que África gane una maratón o que tú juegues en la NBA.

- Eres imbécil, eh. ¿Te quieres centrar? – Aunque se ríe, noto todavía un poco de enfado en su voz.

- Perdona. En realidad no tiene ni puta gracia. – Apoyo mi cabeza en el respaldo de la silla y cierro los ojos. – Nos acaban de joder, pero bien. Tenemos que pensar algo.

- ¿Tienes algo en mente? – Me pregunta.

- Absolutamente nada. En realidad me acabo de enterar, lo estaba leyendo cuando me has llamado, ni siquiera he procesado la información. – Me incorporo y dirijo mi atención hacia el portátil otra vez. Sigo leyendo la noticia. - ¿Tú has pensado algo?

- No. – La oigo suspirar. - ¿Qué vamos a hacer?

- Yo de momento te voy a colgar, que tengo una reunión en diez minutos. – Sabía que iba a protestar, así que me adelanto. – A ver Alba, tranquila. Vamos a tomarlo con calma y vamos pensando durante el día a ver qué se nos ocurre, ¿vale? Fijo que para la tarde tenemos una idea.

- Suena razonable. – Sonrío ante esas palabras. Sé que ella también lo hace. – Y perdona por mi histeria momentánea.

- No pasa nada, Reche. Perdóname a mí por mi gilipollez crónica. – La oigo reírse ante mi comentario.

- Hasta la tarde, Señorita Lacunza. – Y me cuelga.

Sonrió porque ella siempre tenía que tener la última palabra, pero al volver mi mirada al ordenador, se me borra la sonrisa inmediatamente. No podía dejar de mirar el titular de la noticia, que a estas alturas ya estaba grabado a fuego en mis ojos:

"Clothes For Rights S.A. anuncia que realizará una encuesta a sus clientes para que elijan la ropa para la campaña."

Cierro el portátil de golpe. Lo dicho, era más probable que Miki se quedara sin anécdotas o que yo fuera a Eurovisión, que 'Clothes For Right' hubiera tenido la misma idea tan sólo dos días después de que se nos ocurriera a nosotros.

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Una idea llevaba rondándome la cabeza desde que había leído la noticia. Era algo que no quería ni pensar, pero que podía ser cierto. En estos momentos me estaba dejando llevar por todos los años que llevaba en este negocio, rodeada de gente que sólo mira por sus propios intereses y que estaban dispuestos a dejarte caer en cualquier momento, incluso a empujarte ellos mismos si con eso conseguían salvarse. Un sonido de móvil me saca de este bucle en el que llevo todo el día.