MI PEQUEÑA GRAN FELICIDAD

capítulo 1

16 años...
Edad que algunos extrañan, otros viven y algunos anhelan.
Yo sinceramente ignoraba lo que me va a pasar al cumplir esa edad, pensé que sería un año más, pensé que seguiría con mi grupo de amigas, pensé que nada cambiaría, pensé solo son una vela más en la tarta, pero no, lo era ese año lo iba a cambiar todo, sí, año me va a dejar marcada y nunca podría olvidar todo lo que le pasó a partir de ese día.

Último día de clase

Nos encontramos en el recreo y me acerqué a mis amigas, tan feliz sin saber que esas a las que llamaba amigas me van a traicionar, sin saber que ese verano podría ser uno de los más felices de mi vida a uno de los más complicados de mi vida porque de ahí nace la palabra complicación.

- chicas ¿qué hacéis? - dije acercándome a ellas

-solo hablábamos sobre cómo sería nuestro verano - dijo Ángela, una de las personas en las que más confío no confiaba ella es alta rubia de ojos verdes es muy guapa la verdad toda su vida las chicas le han envidiado su melena larga rubia y ondulada.

-oh me alegro de que vayamos a pasar el verano juntas - me apresuré a decir quizá demasiado rápido

-sí bueno con respecto a eso creo que no podré quedar mucho este verano, pasar el verano en la sierra con mis primos- intervino Nerea. Ella era lo contrario de Ángela bajita con el pelo negro corto y liso de ella la gente quería sus ojos grises

- yo tampoco creo que pueda quedar mucho un apunté a un campamento de verano- volvió hablar Ángela

Bueno estaba segura de que por estar sola no me pasaría nada quizá podría ir con mi prima Andrea, apuntarme un campamento, sí el campamento...
Además tendría que estudiar me van a quedar dos tecnología y física y química, lo tengo asumido no voy para ciencias.
Este año estoy en cuarto, repetí primero, dicen que este año tendré que elegir un camino y claramente no será ciencias creo que me decantaré por letras, pero todavía tengo tiempo centrémonos en el verano.

No soy una persona a la que le guste mucho ir a la playa, o a la piscina así que creo que me quedaré en casa leyendo, oh e iré al cine o al espigón, hacer yoga en las piedras me relaja mucho.

- ¿Elisa estás ahí?- preguntó Ángela pasando una mano frente a mi cara

-¿Eh? - pregunté saliendo del despiste

-Decíamos, que aunque no podamos quedar podemos hablar por Skype, pero no demasiado ya que en el campamento no permiten móviles y en la sierra no hay tanta cobertura.

- oh sí, claro -contesté -chicas el recreo va acabar deberíamos ir al a cambiarnos, hoy vamos a comer con mi prima y su amiga ¿recordáis?

-Con respecto a eso, creo que tampoco podremos ir a comer, acabo de recordar que habíamos quedado ya con un par de chicos pero bueno sigue en pie lo de esta noche ¿No?- contesta Ana

- No, recuerda que tenemos eso de la recuperación. - corrige Ángela

-oh... Bueno pues nada ya si eso nos vemos otro día tengo que cambiarme - fui al baño y sustituí mis vaqueros anchos por unos ajustados y mi camiseta de manga corta por una de tirantes con escote, para cubrirla me puse una camisa negra cerrada.

estaréis preguntando es porque no viene así ya de casa si de todos modos me van a ver en estas tres horas siguientes que quedan para la salida muy fácil porque a la entrada es cuando más gente te dé todo el mundo está en la puerta mirando quién será el primero en entrar porque todos quieren ser el último en las tres primeras horas todo el mundo se fija en todo el mundo sacando el cotilleo que pueden reunir para contar a sus amigos en el recreo en cambio las tres últimas horas solo estás pensando en las ganas que tienes de irte en las ganas que tienes de salir corriendo llegar a tu casa tirarte en la cama y decir adiós instituto hasta dentro de 3 meses así que durante esas 3 horas si te apañas bien poca gente te verá poca gente se fijara en ti y cuando salgas podrás ir donde quieras porque ni siquiera se fijarán en si te conocen o no simplemente correrán fuera de instituto

Cuando terminé de cambiarme me mantuve dentro del baño callada 5 minutos hasta que sonó la sirena y en cuanto la sirena toco salí corriendo a la clase, me senté en mi sitio y esperé a que la tortura acabase, sabía que todavía quedaban un año más de la E.S.O,  2 de bachillerato y 3 de carrera pero aún así este sería otro año finalizado y con éxito.

Bueno... éxito...me quedaron dos, pero será fácil quitarme las en septiembre y estoy segura de que lo conseguiré.

Finalizando la hora de matemáticas solo quedaban 2 horas, 2 horas para la libertad y todavía nadie se había dado cuenta de mi cambio de look gracias a la santa virgen de los invisibles que es la que me ha ayudado a no salir a la luz hasta ahora.

-Elisa ¿puedes salir a la pizarra a corregir los ejercicios? - habló mi profesor

sí, lo sé, sé que el último día de clase normalmente no se hace nada, normalmente no hay jercicios que corregir, pero no señores, este hombre tiene que mandar ejercicios hasta el último día es más creo que en su lecho de muerte dirá "haced la página 100 entera "

Claramente me iba a preguntar a mí en clase solo habíamos 3 personas ese día uno estaba dormido y el otro ya había salido a la pizarra yo era la única opción.

Venga Elisa relájate sal y hacerlo sólo hay dos personas dado que la tercera está dormida venga tú puedes, me dije para después levantarme y hacer el ejercicio en la pizarra.

Claramente el ejercicio estaba mal, como ya mencioné anteriormente se me da fatal esta asignatura agradecía la virgen de Los invisibles llevar una camisa negra y encima del escote así no se me vería nada dado que la camisa era lo suficiente larga como para llegar a la parte inferior de mi muslo.

Sinceramente no sé de dónde viene esa manía porque nadie me vea, tal vez porque a mí me parezco insuficiente, siempre he tenido la autoestima muy baja, ni siquiera me pongo bikinis para ir a la playa o piscina, prefiero bañadores.

Cogí mi móvil y escribí un mensaje a mi prima, aunque sabía muy bien que no lo leería hasta que saliera del instituto, ya estábamos en el intercambio de clase, una una hora más y sería libre, aparte tocaba mi clase favorita geografía historia con mi profesora favorita Laura ella era super buena profesora, una de las mejores que he llegado a tener.

Al tocar el timbre me apresuré cuanto pude para llegar a tiempo al instituto de mi prima, en la puerta ya esperando estaba su amiga Cristina en cuanto mi prima salió nos fuimos a comer.

Cristina, había llegado antes que yo puesto que su instituto estaba más cerca de el de mi prima y ella salía antes, no me caía muy bien la verdad, simplemente nos llevábamos por mi prima.

Fuimos a comer, las 3 pedimos los mismo, hamburguesa con patatas, estábamos a dieta ¿se notó? JAJAJAJA.

Después de eso nos fuimos al centro comercial de compras para celebrar que llegaba el verano con trapitos nuevos que ponernos.

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El día terminó conmigo tirada en la cama pensando en que iba a hacer este verano.

Sin darme cuenta me había quedado sola, pero lo más gracioso era que no me importaba, a ver, tendría mis amigas por Skype, podría quedar con mi prima de vez en cuando y tenía un montón de libros por leer, pero lo que yo no sabía es que mi verano me va a ser tan simple como eso.