Capítulo 23: El proyecto Pixis

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Annie lo había quitado de esa cárcel antes de que los estúpidos humanos acabasen con él. Cuando Eren quiso darse cuenta de en manos de quien estaba, volvía a repetir la historia del pasado, pero sin Reiner y sin Bertholdt. Poder verle la cara lo llenó de una estúpida nostalgia que lo conectaba con ese pasado que creyó dejar atrás.

—¿Por qué haces esto, Annie? —Ella lo había dejado sobre el suelo para atenderse una herida profunda en la ceja derecha— ¿Por qué?

—No hables como si ustedes fueran los buenos de la película —suspiró, limpiándose con energía la sangre que brotaba—. Al fin te encuentro. Llevo siglos buscándote.

Eren trató de pararse, pero el brazo se regeneraba con lentitud y estaba muy adolorido, así que solo alcanzó a sentarse. La luz mortecina de la tarde realzaba el contorno femenino de Annie. Estaba tal cual la recordaba antes de su cristalización.

—¿Todavía no aprendiste a endurecer tu piel? —cuestionó Annie, como si buscara una manera de instalar un clima más ameno y amigable. Sabía que Eren ya no le tenía estima, y no le servía de esa manera.

—¿A qué te refieres?

—A mí me enseñó Reiner. Hoy en día es la diferencia entre la vida y la muerte para nosotros —giró, mirándolo con dureza—, porque hoy en día hay armas más letales que en el pasado. Si no aprendes lo básico sobre un titán, estarás muerto en poco tiempo cuando la guerra se desate.

—¿Qué guerra, de qué estás hablando?

—Esto es solo el comienzo. —Miró hacia donde estaba el río—. Tengo que volver. He venido hasta aquí a buscarte, pero no te llevaré a la fuerza —torció una minúscula sonrisa, de esas tan esporádicas de las que Eren solía sentirse privilegiado.

Annie sabía que en esas circunstancias sería excesivamente fácil raptarlo, pero de nuevo volvía a decirse que no le servía de nada obligarlo a cooperar por la fuerza. Ellos sí habían aprendido de los errores del pasado.

—¿Qué motivos podría llegar a tener para querer ir contigo?

—Para saber quién eres en realidad... para conocer la verdad.

—Resúmela. Hoy murió mucha gente, ¿solo porque venías a buscarme? ¿No era mejor tocar timbre? —cuestionó con la voz trémula de dolor e indignación.

—No hagas un escándanlo por una nimiedad. Son solo unos pocos humanos, créeme que morirán muchos más.

La cara de horror de Eren le dio la pista de que no dejaba de ser el mismo chico ingenuo que ella había conocido en su época de cadete.

—¿Qué…?

—No me mires así —lo desafió. Ella no era la culpable de la estupidez humana—. No es algo que podrás evitar.

—¿Y tú qué sabes?

Annie ahogó una carcajada. Aquella pulla era la que podía esperar de un chiquillo que no tenía armas con las que rebatir una verdad dolorosa. Algo así le diría Armin para callarlo y poder entender a la muchacha.

—Sé mucho más que tú —dijo con cierta autosuficiencia que le molestó—. Por ejemplo, sé que ninguno de nosotros dos es humano.

—No es nada que sea secreto de estado.

—Los humanos nos han temido y han buscado la manera de erradicarnos durante mucho tiempo. Aun así…

—No todos los humanos son así —contradijo con furia—. ¡Tienen miedo! Yo también lo tuve, y también quise erradicar titanes. Todavía quiero hacerlo —reflexionó a lo último, como si Annie le estuviera haciendo ver una realidad todavía más dolorosa y a la que se negaba con más ahínco.

Resurrección (Shingeki no Kyojin) [Eren/Levi] {fanfic}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora